La imagen de las piernas y pies ensangrentados de un joven atacado en Australia por unos "piojos marinos" carnívoros ha impactado al mundo.

Hasta ahora los tiburones eran los animales marinos más temidos en el continente oceánico. Ese título se lo disputan ahora unos pequeños y voraces seres.

El piojo de mar (Anilocra physodes) es un isópodo de cuerpo aplanado y sin espinas laterales, con la cabeza sujeta al tórax y siete pares de patas. Salvando las distancias, su aspecto es similar al de los "pececillos de plata" o "bichos de la humedad" que aparecen en las casas.

En el caso de los piojos de mar pueden llegar a medir hasta 4 centímetros en algunos casos. Se les llama piojos porque son parásitos de los peces.

Poseen dientes con los que muerden a los depredadores que les amenazan y que, al mismo tiempo, les sirven para "cazar", tarea que realizan gracias a unas antenitas redondeadas con las que se orientan y a su capacidad de camuflarse.

Sus picaduras en la piel humana pueden producir desde un simple enrojecimiento hasta lo que le ocurrió a Sam Kanizay, que terminó con numerosas heridas sangrantes.

Entre un extremo y otro hay un abanico de posibilidades entre los que figuran una sensación de quemazón, fuerte picor o hinchazón de la piel. La duración oscila entre una y dos semanas y se suele tratar con corticoides.

Quienes han tenido la mala fortuna de probar sus mordeduras han registrado, en los casos más graves, también episodios de náuseas, vómitos, dolores de cabeza, fiebre y diarreas.

¿Podría haber piojos marinos en la costa de Alicante?

Estos seres habitan en aguas caribeñas. La temperatura media de los mares tropicales es de 27 ºC, y no suele variar más de 3 ºC a lo largo del año. Su presencia en Australia respondería a unas condiciones climáticas similares.

Este verano el calor ha provocado un récord histórico en la temperatura del mar en Alicante, que alcanzó por primera vez los 29 grados un 5 de agosto. Esa anomalía en la temperatura superficial se produjo debido al calor sufrido estos últimos días.

Las condiciones, por tanto, no son en principio propicias para que tan peligrosos compañeros de baño visiten nuestras costas.

«El Caribe tiene altas temperaturas todo el año; el Mediterráneo no, pero el comportamiento en estas fechas y con estas condiciones es similar», apuntaba hace escasos días Pablo Mirete, socio de Inteligencia Climática.

Citaba datos del Laboratorio de Climatología de la UA, de donde salía la marca de 29 grados de temperatura del mar. «Son dos grados más que el registro de 2016 y 2015 en estas fechas», apuntaba el climatólogo de esta empresa creada por alumnos de la UA.

El régimen de brisas, un sistema según el cual el viento se desplaza en círculo por mar y tierra desde la zona más fría hacia la más cálida, reduce el calor durante el día hasta proporcionar alivio en forma de aire fresco por la noche. «La brisa sigue entrando, pero un mar a 29 grados no es igual a uno a 26. Su poder refrescante es menor. Si a esto sumamos que el viento viene muy húmedo y que choca con una masa de aire de Argelia muy recalentada, tenemos la sensación de calor de estos días», explica el climatólogo. Una explicación que alivia pero que deja pensando sobre si el Mediterráneo acabará siendo algún día un Caribe.

Los piojos de mar en acción

El padre del chico herido acudió al día siguiente a la misma playa y capturó con cebos de carne algunas de estas minúsculas "pirañas" que, como puede verse, son bastante voraces: