Las tres mascletàs y el castillo nocturno de fuegos artificiales que se lanzaron durante las fiestas de San Gabriel desde la emblemática pasarela peatonal del barranco de las Ovejas, que atesora premios nacionales de arquitectura, traerán cola.

La asociación de vecinos de Gran Vía Sur va a presentar en el Ayuntamiento un escrito reclamando los decretos de Alcaldía que permitieron esta «barbaridad», como califican el lanzamiento desde una infraestructura emblemática que costó más de un millón de euros de cientos de kilos de pólvora durante las fiestas celebradas a finales de julio. También reclaman los informes policiales y de bomberos.

«Creemos que no es un lugar para espectáculos pirotécnicos. El año pasado fueron dos, y se cargaron varios cristales anaranjados de la pasarela, pero éste han sido cuatro. La infraestructura -que recibió el premio de diseño y construcción de la Asociación Científico-Técnica de Hormigón Estructural- ya está marcada, tiene grietas y fisuras. Si siguen así, en siete años se la cargan con el impacto de tanto mortero. Son disparos de tal potencia que reventaron bancos de piedra y tememos por la estructura de la pasarela porque está concebida para peatones, no para tráfico. Además, durante tres días privaron a los vecinos de su uso».

Desde la asociación Gran Vía Sur incidieron en que se trata de un puente que en su día supuso una revolución arquitectónica, puesto que los ingenieros de la Universidad Politécnica de Valencia que la idearon emplearon un hormigón con propiedades similares al acero.

También denuncian que cientos de kilos de basura pirotécnica acabaron en el fondo del cauce, con el impacto negativo sobre el entorno marino de una zona que está incluida en una de las fichas de los espacios naturales del Catálogo de Protecciones que quiere sacar adelante el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón».

«Estamos hablando de una ría de 400 metros de mar con un hábitat muy interesante a nivel de diversidad marina, y un aula ambiental. No nos oponemos a la fiesta pero no creemos que sea lugar para tirar mascletàs y un castillo de fuegos impresionantes».

En este sentido recordaron que las asociaciones de vecinos de la zona, Gran Vía Sur y San Gabriel, así como los cinco colegios e institutos del entorno, solicitaron al Ayuntamiento la consideración del cauce del barranco de las Ovejas-playa de San Gabriel como espacio natural protegido y aula medioambiental abierta «para dar clases de vida marina, aves...Vienen cormoranes, familias de martín pescador...Y ahora todo destruido por dos o tres días de fiestas».

Otra queja es que los jardines se llenaron de restos de petardos y tracas, quemando una palmera. «Hay una ordenanza municipal que regula los disparos pirotécnicos y sabemos de fuentes fiables que no se pueden tirar castillos aéreos a menos de 50 metros de los domicilios».

«El alcalde da poderes a los festeros para quemar parques y jardines, y destruir infraestructuras. Les da igual, en un entorno de protección». También relataron que una barraca festera ocupó un jardín entero, destruyendo el césped, y que aún quedan restos de la pirotecnia en los parterres.