Hace calor y la gente pone el aire. A mayor temperatura, más consumo eléctrico. Una perogrullada que este año tiene récord: el pasado jueves 3 la provincia demandó la segunda cantidad más elevada de energía en temporada estival desde que Iberdrola Distribución, empresa encargada del suministro en la provincia, tiene registro. Fueron 34.072 megavatios-hora; un dato elevado pero que queda aún lejos de los 36.113 MWh que se consumieron el 27 de julio de 2006, según informaron fuentes de la compañía. Lo cierto es que hace 11 años la capacidad de gasto era diferente a la que tienen hoy los vecinos de la provincia.

Es un récord, pero de verano; «ninguna ola de calor va a hacer que se gaste más que en invierno», asegura un portavoz de la empresa, quien añade que «los mayores consumos se dan siempre en invierno porque es cuando la gente enciende la calefacción durante los meses en que está toda la industria trabajando». La factura eléctrica española tiene tres tercios: hogares, industria y servicios.

Durante la ola de calor del pasado mes de julio la relación calor-consumo de energía volvió a arrojar un dato potente. Entre los días 1 y 20 de ese mes la demanda eléctrica fue un 6% mayor que en el mismo periodo de 2016, según informó el mismo portavoz de Iberdrola.

Otra asociación clásica es que durante las jornadas de más calor aumenta el consumo de agua. «La gente bebe más, se ducha más y se ponen más lavadoras por higiene», cuenta un portavoz de Aguas de Alicante.

Así, la empresa encargada del abastecimiento en la capital y alrededores informa de que, aún a falta de un registro detallado del consumo durante una ola de calor -«las lecturas son trimestrales y hacen difícil ver el gasto semanal», afirma el representante-, se ha suministrado a la red un 1% más del volumen habitual durante todo el mes de julio, en previsión de que se gaste más agua.