Dos veces le han dicho en las últimas 48 horas a Conchi Rodríguez que iba a entrar en quirófano y las dos se ha quedado esperando. Lo suyo ha sido todo un periplo desde que hace una semana se cortó un dedo. Entonces acudió al Punto de Atención Sanitaria de la calle Aaiún, donde la derivaron a Urgencias del Hospital General de Alicante. «Allí me tocaron el dedo y dijeron que el tendón no estaba afectado, por lo que me podía marchar a mi casa».

Sin poder apenas doblar el dedo, Rodríguez acudió el miércoles a su médico de cabecera, «quien me dijo que estaba todo bien y que volviera en una semana». Sin embargo, ese mismo día, «me di otro golpe y noté un "crack", seguido de un dolor horrible, así que al día siguiente acudí de nuevo a Urgencias del Hospital General». Allí el traumatólogo le confirmó que el tendón estaba partido, por lo que debía de ser operada. «Me dijeron que posiblemente ese mismo día -el jueves- podría entrar a quirófano». Sin embargo, al final del día a Conchi y a su marido les informan de «que no hay anestesistas para poder realizar la intervención y que se aplazaba al día siguiente». Ayer por la mañana, tal y como estaba programado, las enfermeras de la planta le llevaron ropa para quirófano «y un gel con el que me dijeron que me duchara». Pero tampoco esta vez la operación se llevó a cabo. «Entró en la habitación un traumatólogo y me dijo que quien me debe operar es un cirujano especialista en mano y que hasta el miércoles no será posible».

De esta manera, Conchi se marchó a su casa, con un permiso médico, y volverá a ingresar el martes por la noche a ver si a la tercera va la vencida. Lo que más indigna a esta vecina de Alicante y a su familia, «es que el médico que me atendió por segunda vez en Urgencias me dijo que si desde el primer momento me hubiera puesto una férula, el tendón no se habría roto del todo».