Un repunte esperanzador. Las cifras de las inversiones que captan los grupos de investigación de la Universidad de Alicante (UA) para desarrollar sus trabajos vuelven a los niveles de hace ocho años, antes de la larga travesía en el desierto que han supuesto los peores años de la crisis con recortes que han afectado de lleno a la ciencia y el conocimiento. Y la parte más importante ha llegado de Europa.

Las cuantías totales destinadas a los proyectos de investigación públicos de I+D cerraron el último ejercicio con cerca de 13 millones de euros cuando el anterior apenas rebasó los cuatro millones. Esto es, más cercana a los 14 millones que se lograron en 2008. Estos fondos llegan a la UA por tres vías principales, las convocatorias de la Generalitat Valenciana, del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y del programa europeo Horizonte 2020. En menor medida los investigadores también se benefician del programa propio de financiación de la UA. Pese a la crisis, la vicerrectora de Investigación y Transferencia de Conocimiento, Amparo Navarro, destaca que «en la universidad no se ha cerrado ninguna línea de investigación». Y en gran parte se debe a la política seguida por la UA de concentrar los grupos haciéndolos multidisciplinares, más grandes, fuertes y punteros. Los años en los que ha habido menos recursos disponibles han servido también para seleccionar los trabajos que se presentan a las convocatorias y reorganizar a los grupos de investigación. Por este motivo, mientras que en 2008 un total de 375 proyectos captaron 14,2 millones, en 2016 fueron 144 los proyectos que se han repartido 12,8 millones.

«Esto significa que nuestros investigadores compiten con éxito con el resto de grupos internacionales que también optan a los fondos europeos y lo mismo ocurre a nivel nacional», resalta la vicerrectora.

Estos proyectos, recuerda Navarro, pertenecen a todas las áreas del conocimiento, desde estudios sociológicos o jurídicos hasta de ciencia básica o aplicada, si bien es cierto que las áreas científicas son las que se llevan la mayor parte de los fondos al ser las más costosas.

Estos fondos son imprescindibles para que investigadores como Francisco Mojica, que se postula para el Premio Nobel o el reciente Premio al Mejor Innovador Español en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Javier García, así como los grupos que han realizados investigaciones punteras en materiales como el grafeno, los de nanotecnología o robótica puedan obtener resultados y que éstos sean aplicados después a las empresas y al sector público.

En cuanto a los contratos de proyectos de investigación, en los que entra el sector privado, los datos también son esperanzadores. De hecho, los 723 contratos firmados en 2016 supone la cifra más alta de los últimos ocho años. Y la cuantía económica también repunta hasta cerca de los 5,5 millones tras cinco años de no alcanzar los cuatro. «Estos contratos son especialmente importantes en una provincia como Alicante que cuenta con un tejido muy importante de pymes», explica la responsable de Investigación de la universidad. Así, hay empresas que encargan un trabajo concreto a un grupo investigador, mientras que otras se interesan por aplicar una investigación que ya está desarrollada.