Tras décadas enterrados bajo el asfalto, los raíles del antiguo tranvía de Alicante han quedado al descubierto en el barrio de San Blas, donde, para sorpresa de vecinos y comerciantes, unas obras antirriadas han sacado a la luz las vías que morían en Pintor Gisbert.

Se trata de los vestigios de hierro de la antigua línea 5, que empezó a funcionar en agosto de 1928 y que unía la plaza del Ayuntamiento con el barrio de San Blas. Porque el moderno TRAM, con más de 10,5 millones de pasajeros al año, tuvo un antecedente que los alicantinos nacidos a partir de 1969 no conocieron: un tranvía con 32 kilómetros de longitud y siete líneas que llegaba a Mutxamel, San Vicente y al cementerio, y que estuvo en servicio desde 1893 hasta 1969. La línea de San Blas fue una de las últimas en desaparecer.

Los raíles han aflorado en un tramo de unos 350 metros de calle entre San Juan Bautista y la plaza de General Mancha, donde los operarios de Aguas de Alicante realizarán durante los próximos siete meses unas obras para minimizar los riesgos en caso de lluvias torrenciales. Tras apenas un par de semanas de trabajos, han quedado al descubierto unos raíles de hierro que han permanecido enterrados durante cerca de medio siglo.

Aguas ya ha comunicado el hallazgo al Ayuntamiento, que los va a recuperar. Así lo ha solicitado la Concejalía de Urbanismo, que trasladará las viejas vías a los almacenes municipales «para darles un uso coherente», explica el técnico Rubén Bodewig. Inicialmente se pensó en dejarlos, añadió, en la calzada pero su perfil elevado y el hecho de que se vaya a modificar el sistema de evacuación de aguas en Pintor Gisbert «habría supuesto un peligro para coches, vehículos y peatones». Según recuerda Alfredo Campello, de Alicante Vivo, este raíl estuvo al descubierto, como el de Padre Esplá, hasta los años 80, pero al final fue enterrado porque causaba muchos accidentes de moto y esguinces de peatones.

Urbanismo descarta que las antiguas vías vayan a acabar en la chatarra puesto que «se van a recuperar para darle otro uso, seguramente cultural o expositivo» en un futuro Museo de la Ciudad o del Ferrocarril «porque Alicante ha tenido una historia muy importante en este sentido».

El Instituto de Historia Ferroviaria de Alicante Railia ha investigado el origen de la antigua línea 5 a San Blas, y en la obra «El tranvía de Alicante: pasado y futuro» ha descubierto que el recorrido varió según las épocas, siempre partiendo y finalizando en la plaza del Ayuntamiento, y pasando por la Rambla, Constitución, Bailén o Alfonso El Sabio. Aitor Escorza, de Railia, explica que están elaborando una propuesta de recuperación del patrimonio tranviario. «Pedimos el regreso a Alicante de los últimos vehículos conservados para ser puestos en valor adecuadamente. Y proponemos que en la posible peatonalización de la avenida de la Constitución se recupere un tramo a la vista de la ciudadanía, bien con las propias vías de esta calle que pudieran permanecer enterradas, algo que ignoramos, bien con las recuperadas en Pintor Gisbert».