Alicante está perdiendo la carrera para atraer la inversión de más de 200 millones de euros y los más de dos mil empleos que supondría la instalación de Ikea en la ciudad. Mientras el tripartito sigue esperando a que la multinacional le dé cita tras la cancelación en abril, por la propia empresa, de una reunión en Madrid tras conocer que no iba a acudir el alcalde, Gabriel Echávarri, Elche avanza en sus contactos, con varias reuniones, para conseguir la implantación de la firma.

Precisamente fue en primavera cuando el Ayuntamiento de Elche reactivó las negociaciones para concretar un espacio con buenas comunicaciones y asequible ordenación urbana. Están tan avanzadas que han descartado uno de los enclaves barajados, el entorno de IFA, al no contar con suelo suficiente para atender la demanda de Ikea, que precisa de más de 250.000 metros cuadrados para establecerse. También El Campello ofrece ubicar Ikea en los terrenos de la frustrada universidad, tras confirmar el alcalde y la multinacional el inicio de contactos.

Es decir, que novios no le faltan a Ikea en la provincia, donde mantiene su interés por implantarse, según confirman desde la multinacional. «Desde Ikea Ibérica mostramos nuestra clara y firme apuesta por estar en Alicante, por lo que seguiremos estudiando diversos emplazamientos en la provincia para la implantación del mismo proyecto conjunto de tienda con centro comercial», afirman.

Las mismas fuentes se mostraron, no obstante, dispuestas a «escuchar y conocer» las propuestas que el Ayuntamiento de Alicante tenga en este sentido. Cuando aplazaron la reunión de abril por la ausencia de Echávarri reclamaron al tripartito «una propuesta concreta» y que «alineen agendas para que haya una única voz».

Desde Ikea explican que la firma ha intentado desde 2002 instalar (en la ciudad de Alicante) la que sería su segunda tienda en la Comunidad, tras la apertura de Ikea Valencia Alfafar a mediados de 2014 «y por diversos motivos no ha sido posible». «Creemos que esto solo supone un perjuicio para los alicantinos que deben trasladarse a las tiendas de Murcia y Valencia para acceder a una tienda Ikea».

Lo más reciente en cuanto a los trámites municipales es la aprobación la semana pasada por el pleno de la modificación del artículo 95 del Plan General que posibilitará la implantación de nuevos formatos de comercio en el centro de Alicante, excepto hipermercados.

Esto, según el grupo popular, será la puntilla para Ikea. «La propuesta es un caramelo por la ampliación de superficie para pequeños y medianos comercios en el casco urbano, pero a la vez una manzana envenenada porque supone el cierre efectivo de la entrada de Ikea en la ciudad y de proyectos similares», dijo Luis Barcala, portavoz del PP, partido que sostiene que se excluye a Rabasa como futuro eje comercial.

El alcalde replicó que estaban metiendo miedo, porque no se pueden regular los usos de una zona no urbanizable como es ahora mismo el plan Rabasa, dijo apoyándose en un informe del secretario, dejando la puerta abierta a una recalificación en el futuro para convertirlo en eje comercial.

Mientras otros municipios avanzan en sus contactos con Ikea, el tripartito espera. Una inacción criticada de nuevo por el PP. «Las reuniones que tenga esta empresa u otra con otros ayuntamientos, no las valoramos», dijo ayer el portavoz del gobierno local y alcalde accidental, Natxo Bellido. «En el momento en que se fijen fechas en agenda estaremos encantados de reunirnos. Estamos proactivos a tener este encuentro, en orden a propiciar un acuerdo».

Preguntado por si ese encuentro lo pedirá el Ayuntamiento o se esperará a que lo fije Ikea, Bellido insistió en que están esperando a que (la empresa) fije fecha para poder reunirse. «No es un problema de quién llama a quién. Estamos aguardando a que se pueda fijar». De hecho, dijo que han comunicado a Ikea que están esperando el día en que se puedan reunir «y ellos lo saben.«El último intento no salió bien pero hay voluntad y predisposición de reunirnos aquí o de ir a Madrid cuando nos digan. Como hemos dicho por activa y por pasiva estamos a disposición de Ikea para reunirnos cuando lo consideren oportuno».

El tripartito sigue confiando en llegar a un acuerdo que compatibilice los intereses generales de la ciudad y de la multinacional, afirmó su portavoz, quien, a las críticas del PP sobre que Elche y El Campello avancen en sus contactos y Alicante «no haga nada», contestó que para los populares Ikea era la «excusa para que se pegase un pelotazo por parte de alguien».

El alcalde accidental, Natxo Bellido, insistió en el deseo de que venga Ikea a Alicante pero con unas condiciones definidas sobre las que hay un consenso. «Somos un equipo de gobierno con credibilidad y fiel a su palabra cuando hace dos años dijimos Ikea sí, macrocentro no».

Días después de la fallida reunión de abril, el tripartito y la oposición fijaron una postura común respecto al macrocentro de Ikea, con una zona comercial anexa a la tienda no superior a los 40.000 metros cuadrados, la mitad del proyecto inicial de la multinacional que para Elche ha planteado unas necesidades de 250.000 a 300.000 metros cuadrados.