El Consell se comprometió ayer a través de su portavoz, la vicepresidenta Mónica Oltra, a acatar la sentencia del TSJ que obliga a impartir el curso que viene el mismo modelo lingüístico que había hasta ahora, pero sin repetir el proceso de matrícula entre los niños de 3 años y garantizando, al mismo tiempo, la elección de centro que han hecho los padres.

La forma de llevar a efecto todas estas medidas, que la dirigente del Consell se resistió a explicar con detalle pese a la insistencia desde los medios de comunicacón, apunta, según los técnicos educativos consultados por este diario, a que se permita elegir el castellano o el valenciano a todos los padres que hayan matriculado a sus hijos de 3 años en colegios que hasta ahora tenían doble línea.

La mitad de estos colegios en toda la Comunidad están en la provincia, aproximadamente un centenar. Al disponer cada uno de ellos de dos aulas para niños de 3 años, una para los que hasta ahora elegían el castellano y otra para los que se decantaban por el valenciano, deberían dejar sin efecto el programa lingüístico elegido según el plurilingüismo del Consell -ahora suspendido-, y retomar las antiguas opciones en las dos lenguas cooficiales.

La propia vicepresidenta explicó que el 94% de los alumnos de toda la Comunidad no se verán afectados por el auto del TSJ y que el restante 6%, que son los niños de 3 años, seguirán en el centro escogido por sus padres «con todas las consecuencias de su elección».

Consecuencias

¿Y esas «consecuencias», cuales son? Oltra se mantuvo en sus trece y no dio más explicaciones. Se limitó a insistir en que las familias podían estar tranquilas, que el curso arrancará con normalidad, pero sin poder asegurar a los niños de 3 años el modelo lingüístico elegido por sus padres.

Y es que los padres han escogido centro en base a un programa lingüístico que en general se ha inclinado por impartir más valenciano. En la mayoría de los colegios de doble línea se eligieron los niveles intermedio 2 ó avanzado.

Al respecto, desde Educación concretan a preguntas de este diario que «el Consell es el encargado de hacer servir los instrumentos necesarios para garantizar el objetivo irrenunciable de asegurar el aprendizaje de lenguas al alumnado valenciano».

En realidad, es sobre los directores de los centros sobre los que recae ahora la labor de revertir una organización del curso que muchos de ellos estaban llevando a cabo según el plurilingüismo del Consell y que ahora ya no pueden llevar a la práctica.

También recae sobre ellos la distribución de los niños matriculados de 3 años en aulas de castellano o de valenciano, extremo en el que los técnicos educativos ponen el foco de un posible problema que puede enrrarecer el inicio del curso si no existiera un equilibrio entre los que optaran por el castellano o el valenciano.

Oltra descarta también problema alguno por el hecho de que haya familias que hayan optado por colegios con más valenciano para tener la opción de futuro que contempla el plurilingüismo del Consell de tener también más clases de inglés. «Los niños con 3 años no van a leer Hamlet», ironizó la portavoz, que restó importancia a la ausencia del conseller Marzà y le arropó considerando que el Ejecutivo Valenciano tiene «un carácter solidario en sus decisiones».

La vicepresidenta, en nombre del Consell, sigue defendiendo el plurilingüismo paralizado y lo contrapone al modelo del PP que califica de «absoluto fracaso» porque «solo el 6% de los niños acaban sabiendo inglés y el 30% valenciano». Advierte de que «la vía judicial sigue abierta» porque van a seguir presentando recursos.