Los sindicatos creen en general positiva la reducción de la estancia hospitalaria, por lo que implica en cuanto a gestión de los recursos. No obstante, apelan a vigilar esas políticas, de manera que no repercutan en la calidad de la atención al paciente ni sobre el personal sanitario. El secretario de Sanidad de CC OO en el País Valenciano, Arturo León, considera que la mayor celeridad de las altas en los hospitales de gestión privada y los mayores índices de ocupación, son por un lado una muestra de su «rendimiento», pero advierte de los riesgos de una excesiva rapidez, y pide que no sólo primen los criterios de «eficiencia económica». León alude a que «cuantos menos recursos se consumen, más beneficios» y cree que «sería interesante saber el índice de reingresos». Asimismo, hace hincapié en el «contrasentido» que supone que, por una parte, los centros de gestión privada tengan índices de ocupación superiores al 80% y, por otra, «se cierren camas en los hospitales públicos».

Mientras, la vicesecretaria provincial de Satse en Alicante, Trinidad Gomis, señala que «las tecnologías han avanzado», junto con «más atención primaria y hospitalización a domicilio», y eso permite que las altas se den con más rapidez. Además, recuerda que «es más económico que el paciente se recupere en casa», pero «siempre y cuando lo pueda aguantar». De todos modos, incide también en que «los que pasan más tiempo ingresados necesitan más cuidados», por lo que defiende que «haya más enfermeros» y no se recorte en personal.

Por parte de los hospitales de Torrevieja y Elche-Vinalopó insisten en que una baja estancia es «un potencial indicador de una baja tasa de complicaciones y efectos adversos, una práctica clínica adecuada y resolutiva y una mayor continuidad de en los cuidados». No obstante, no cuestionan en ningún momento las estancias largas de por sí, dado que hay enfermos que las requieren.