En la Marina Baixa, la única obra de envergadura iniciada en los últimos meses es la regeneración del frente litoral de Altea, prometida por el Gobierno central desde el año 2000 y cuyo presupuesto ha ido menguando progresivamente. La infraestructura, que entre otras actuaciones prevé eliminar la balsa conocida como «el Charco» y crear en su lugar una playa artificial de canto rodado, se proyectó inicialmente con una inversión de 13,9 millones, después se rebajó a 7,9 y finalmente ha sido licitada por 4,4. En contraste al inicio de esta obra y a la finalización del desdoblamiento de la N-332 a su paso por Benidorm, la comarca tiene aún numerosos proyectos paralizados y pendientes de concluir. Los dos más sangrantes, el Centro Cultural de Benidorm y la ampliación y reforma del instituto Pere Maria Orts i Bosch, también en esta localidad. El primero está totalmente paralizado desde hace más de cuatro años, dejando una mole de hormigón a medio hacer en una de las principales avenidas. El segundo proyecto lleva más de tres años parado. R. PAGÉS