La agrupación local de EU en Alicante ha exigido al tripartito de gobierno que desproteja y traslade las cruces y monumentos de época franquista, apelando a la Ley de Memoria Histórica. La formación pide con ello que la Cruz de los Caídos, en la plaza de Calvo Sotelo, y el monolito de recuerdo a los Caídos de la Vega Baja, en el entorno de Aguamarga, se retiren del Catálogo de Protecciones, impulsado desde la concejalía de Urbanismo, que dirige Miguel Ángel Pavón, miembro de EU, la principal de las organizaciones que integran Guanyar Alacant.

La petición ahonda en un nuevo distanciamiento entre Guanyar y sus socios de gobierno, esta vez a cuenta del Catálogo de Protecciones. Cabe recordar que los dos monumentos de esta controversia figuran en el documento que se llevó a pleno y que no prosperó por los votos en contra de la oposición. Según dijo Pavón, se habían incluido por «criterios técnicos», atendiendo a su valor arquitectónico y al hecho de que, en el caso concreto de la Cruz de los Caídos, en 1987 se cambió la inscripción de la losa que hay a sus pies, de manera que recuerda a todas las víctimas de la Guerra Civil. Es más, en 2016 Guanyar votó a favor de un dictamen de la Comisión de Memoria Histórica que señalaba que tanto la citada cruz como el monumento de Aguamarga habían «perdido la connotación franquista». Unos argumentos que entran en total contradicción con la petición que ahora realiza EU.

El partido «asume y avala la opinión discrepante» de Pavón «con el criterio de los técnicos municipales» de incluir en el Catálogo de Protecciones los citados monumentos. El propio edil de Urbanismo, después de defender inicialmente esa medida, se ha desdicho y ha pedido que la cruz y el monolito se desprotejan, lo que ha generado otro desencuentro con PSOE y Compromís, favorables a que los monumentos figuren en el Catálogo. Desde EU acusan a estos dos partidos de «tibieza» por esta postura, al tiempo que consideran que la colocación de una nueva inscripción en la Cruz de los Caídos en 1987 por parte del entonces alcalde, José Luis Lassaletta, fue «un acto de buena voluntad» que, sin embargo, «no tiene rango jurídico» y, además, no «desideologiza» el símbolo, sino que «lo que hace es equiparar a ambos bandos».