Perros que campan a sus anchas y defecan por todas partes sin que los propietarios recojan los excrementos, restos de botellones improvisados, papeleras repletas y continuos choques de los infractores con los vecinos cuando estos les rescriminan su actitud. Este es el escenario que dibujan los residentes del entorno de la plaza de América, en el barrio de Altozano de Alicante, cualquier día de la semana de este caluroso julio en el que si cabe se nota más el abandono que sufre esta plaza agravado por los actos vandálicos de las personas que no respetan a los demás «y se creen que la plaza es suya», subraya Remedios González, una vecina del barrio que espera que el alcalde, Gabriel Echávarri, la reciba tal como se comprometió con ella misma hace un mes, durante las fiestas de Hogueras.

«Hemos llegado a un punto en el que el problema es tal que hay tardes que en la plaza no se puede ni estar. Los perros corren sueltos y se suben a los bancos impidiendo que se puedan sentar los niños y las personas mayores. La Policía Local no nos hace ni caso y algunos de los vándalos que visitan la plaza se ríen de ello y aprovechan para faltarnos al respeto. Se lo he dicho ya los concejales de Limpieza y Seguridad pero no nos han hecho ni caso», denuncia Remedios González.

La plaza de América es el pulmón del barrio de Altozano, casi en la frontera con Carolinas, a la que todas las tardes acuden decenas de personas mayores y familias a pasar las tardes del verano. Aunque los servicios de limpieza pasan regularmente no es suficiente. Muchos de los dueños de los perros no recogen los excrementos y los animales ocupan los bancos destinados a las personas.