?La clave primera de los casos de acoso, tanto para la víctima como para el agresor, reside según constatan los expertos psicólogos en «una autoestima desajustada». Por eso insten en trabajar con todas las partes sin olvidar tampoco a los espectadores a partir de reflexiones del tipo: «Si dejo hacer, pasa», «Si no intervengo, pasa», para que todos perciban la importancia de su actitud ante una agresión. Dejar de lado estar situaciones genera «insensibilidad ante la violencia y graves consecuencias sociales en el futuro», advierte Pilar Guerra, psicóloga forense y sanitaria. Por eso el ciberacoso incluye un efecto más dañino si cabe, a lo que contribuye el «alejamiento emocional del agresor, que no se identifica» en modo alguno con la víctima en estos casos. Los psicólogos reunidos en la Universidad de Alicante comparten que hacen falta muchos recursos para atajar el acoso «y es lo que no hay» , lamentan. Un plan que detecte cualquier incidencia inicial lo perciben como básico, pero reconocen que hoy por hoy no es posible porque «un profesor no puede estar por todos y cada uno de los alumnos y percibir que cunado un niño juega solo no siempre responde a patrones de timidez.