En Alicante se encontró con una herencia envenenada, el conflicto del movimiento de graneles en el Puerto¿Verán algún día los vecinos las naves cerradas como parece convencido Julià Àlvaro, secretario autonómico?

La Secretaría Autonómica, los técnicos y la Dirección Territorial han estado trabajando todos estos meses intensamente. Llegamos a un primer acuerdo de un año transitorio en que el puerto se ofreció a adoptar una serie de medidas aplicables a corto plazo y, por nuestra parte, nos comprometíamos también a hacer un seguimiento de todas las emisiones derivadas del movimiento de graneles, y en función de esos resultados ver si eran necesarios esos tanques cerrados en depresión que eviten las molestias o los riesgos que puede suponer para los vecinos y vecinas. Lo que estamos observando, y ya lo hemos trasladado al Puerto y también al Ministerio de Fomento, es que esas medidas provisionales para controlar las partículas no están funcionando, al menos hasta ahora, y por tanto vamos a exigir a la Autoridad Portuaria un plan de inversión para esa infraestructura que realmente acabe con las molestias para los vecinos y vecinas de Alicante. Reconocemos que es una inversión más costosa, y por eso estamos mediando con el Gobierno de España para que sea viable económicamente, pero la salud de las personas es prioritaria».