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El valor turístico de la Memoria

La Generalitat y el Ayuntamiento de Alicante coinciden en la necesidad de poner en valor el gran patrimonio que tienen la ciudad y la provincia

Un momento de la jornada celebrada ayer en la sede de la UA en Alicante. rafa arjones

«Alicante, ciudad de la Memoria Histórica», o cómo aprovechar el pasado para educar y atraer a los turistas. Este es el mensaje que trasladaron ayer los ponentes en la jornada organizada por la Conselleria de Transparencia para concienciar a la opinión pública de que, lejos de provocar enfrentamientos y crispaciones, la Memoria Histórica puede ser un vehículo cultural y servir, además, como un argumento turístico al que se le pueda sacar rendimiento.

De hecho, Pablo Rosser, arqueólogo y técnico conservador del patrimonio municipal, facilitó la lista de proyectos y elementos que tiene la ciudad para atraer visitantes, vinculados a la Memoria. Desde los refugios antiaéreos a todo el conjunto de bóvedas y pasadizos subterráneos que alberga la que fuera refinería La Británica, debajo de la sierra del Molinet, en la Serra Grossa, y que el Ayuntamiento negocia con Patrimonio Nacional para su cesión a la ciudad.

En la jornada celebrada en la sede de la Universidad de Alicante de Canalejas participó, junto a Rosser, la directora general de Turismo, Raquel Huete, quien habló de las experiencias en las que trabaja la Agencia Valenciana de Turismo, como por ejemplo la línea defensiva "XY2" de Castellón. Por su parte, Rosario Navalón, doctora en Geografía y máster en Ordenación del Territorio, subrayó la necesidad de interpretar la Historia, tanto desde el punto de vista de la educación como del turismo sin perder las señas de identidad. En este sentido, desde la Conselleria de Justicia, su secretario autonómico, Ferrán Puchades, avanzó ayer que en otoño llegará a las Cortes el proyecto de Ley de Memoria Democrática.

Refugios antiaéreos, búnkeres, estructuras defensivas, depósitos... La ciudad de Alicante y el puerto acogen un patrimonio extraordinario, vinculado a la Memoria Histórica, que ofrece posibilidades infinitas de ser aprovechado como elemento de atracción turística, según explicó Pablo Rosser. «Tenemos que ir mucho más allá de que la Memoria sea solo escenario de tensiones políticas porque es mucho más, y nuestra obligación es educar y divulgar. En el Ayuntamiento estamos trabajando en plantear rutas y acondicionar todo este patrimonio para abrirlo a los visitantes y a los alicantinos».

Como ejemplo, la antigua refinería La Británica. El complejo se encuentra ubicado en la Serra Grossa, en la parte que recae sobre la carretera de la Cantera. Poco queda ya de la extinta refinería de petróleo, que desarrolló su actividad a finales del siglo XIX, y su estado de conservación es delicado. Lo más urgente era reparar los muros que quedan y reforzarlos para evitar su colapso y derrumbe, ya que se mantienen en pie y así se hizo a finales de 2016. Este mal estado de conservación se debía a que se trata de construcciones industriales hechas sin criterio estético y que se hacían con materiales que tenían más cerca y que no siempre eran los más adecuados para su conservación. Sin embargo, encierra un valor que ahora se quiere recuperar.

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