Al borde del abismo. La huelga de los examinadores de la Dirección General de Tráfico en Alicante ha dejado sin pruebas desde finales de junio, arranque de los paros, a 3.000 aspirantes alicantinos a conseguir el carné de conducir y ha colocado, además, a las autoescuelas de la provincia en una situación límite, ya que se ha perdido julio (doce días de huelga de los veinte lectivos). Este mes se mueve, prácticamente, gran parte de la facturación de todo el año al coincidir con el final de los institutos y la Selectividad, periodo en el que los jóvenes aspirantes al carné deciden sacarlo. Hoy, la actividad está prácticamente paralizada porque la huelga ha hecho que desaparezcan las clases de prácticas. Si no hay posibilidad de examen los alumnos renuncian a las clases y no hay ingresos, apuntaron ayer fuentes de la patronal de los centros de formación. Lo cierto es que en una primera etapa, las autoescuelas, conscientes del problema de los examinadores, llegaron a apoyar sus reivindicaciones. La situación ha dado un giro copernicano, ya que ahora las autoescuelas se sienten las grandes perjudicadas y víctimas de la protesta.

En España ya han cerrado 72 autoescuelas y aunque en la provincia de Alicante todavía no se han producido clausuras, la situación es dramática para todo el colectivo de trabajadores, según apuntaron ayer fuentes de Unión Vial -53 autoescuelas- una de las dos asociaciones que representan a los centros de formación en la provincia. La patronal ha pedido ayuda a la Defensora del Pueblo y al Gobierno para que tomen medidas y frenen una sangría que amenaza mil puestos de trabajo en Alicante.

La plantilla de examinadores está compuesta en Alicante por 30 profesionales, pero dos son coordinadores, lo que provoca que todos los días cada examinador deba atender a una media de 13 alumnos que optan al carné. Los examinadores reclaman aumento de plantillas y un complemento específico de aproximadamente 240 euros mensuales brutos.

La situación actual de colapso se agravará, además, en otoño, ya que en agosto Tráfico cierra oficinas y los examinadores han convocado una huelga indefinida a partir del 4 de septiembre por lo que consideran incumplimientos y engaños de la DGT.

Para colmo, los alumnos que intentan superar el carné en Alicante y Elche no saben con antelación si su examinador decidirá hacer huelga el día fijado para su prueba, por lo que muchos aspirantes llegan a Alicante desde otros puntos de la provincia y se encuentran con que no hay prueba porque la persona que iba a probarles ha decidido hacer huelga.

Desde mediados de junio los examinadores han secundado paros los lunes, martes y miércoles todas las semanas porque, entre otras cosas, aseguran que llevan diez años a la espera de que les concedan un complemento específico acorde con las características del puesto: elevada complejidad técnica, peligrosidad, penosidad y gran responsabilidad dentro de la seguridad vial.

Según la DGT, los paros han provocado la suspensión de más 31.000 exámenes en España. Mientras, el Gobierno ha decidido, en el marco del Real Decreto Ley por el que se ha aprobado una Oferta de Empleo Público extraordinaria, la creación de una especialidad de Tráfico para dar solución a los problemas de escasez de examinadores y la convocatoria de 505 plazas antes de fin de año, pero los paros siguen. Se hará en dos convocatorias: una de ellas de promoción interna de 435 plazas de examinadores (413 de cupo general y 22 para el cupo de discapacidad), que permitirá promocionarse al 60% de los examinadores actuales y que supondrán mejoras profesionales y económicas, según el Ejecutivo.

El PSOE, por su parte, se ha puesto a favor de los huelguistas y exige al Gobierno que solucione un problema que, según calcula, puede acabar con una inversión de 2,5 millones de euros. Según los socialistas, el Gobierno no colabora porque «no le da la gana». Según la portavoz de la formación en el Congreso, Margarita Robles, el Ejecutivo se comprometió hace un año a dotar a todos los examinadores con un complemento específico de entre 250 y 270 euros al mes y a crear una escala profesional nueva para ellos diferente de los administrativos que trabajan en las oficinas.

Éstas son algunas de las reclamaciones que los examinadores llevan realizando durante meses y que están provocando paros todos los lunes, martes y miércoles desde el pasado mes de junio. Ahora, y ante la falta de compromiso del Gobierno, el colectivo ha decidido iniciar los trámites para llevar a cabo una huelga indefinida, a partir del próximo 4 de septiembre, así como una movilización ante la sede de la Dirección General de Trafico el martes 25 de julio.

El portavoz del PSOE en la Comisión de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible, Pablo Bellido, recuerda que en este órgano de la Cámara Baja se han apoyado por mayoría «cuatro proposiciones no de ley en apoyo a los examinadores y de las autoescuelas», que no han sido suficientes para que el Gobierno reaccionase.

Bellido insiste, según recogió ayer Efe, en que faltan examinadores y que los que hay «están desincentivados. La solución es muy sencilla, solo se necesitan unos 2,5 millones de euros para cumplir con el compromiso que el Gobierno adquirió en 2015», subraya el diputado, que también presentó una enmienda al respecto a los Presupuestos Generales del Estado. Los socialistas alertan de que más del 80% de los examinadores secunda las huelgas que está llevando a cabo el colectivo (unos 650 profesionales) y que hay unas 30.000 personas que actualmente viven de las autoescuelas que ven peligrar su empresa y su trabajo. Bellido señala que estos paros están afectando a unos 125.000 ciudadanos que aspiran a obtener el carné de conducir y que se incrementa en verano.

Demoras

A los efectos negativos de la huelga, se suma el que hasta un mes tienen que esperar quienes deseen prestarse al examen práctico para obtener el carné de conducir en la provincia de Alicante. El problema de raíz es la falta de examinadores y la huelga que estos ya llevaron hace un año para exigir una mejora en las condiciones de trabajo. Estuvieron un mes sin examinar, por lo que se generó una enorme bolsa de personas que querían sacarse el carné de conducir. Un año después aún se sufren las consecuencias de aquel parón. Para los profesionales del sector la situación se está volviendo insostenible. «La gente no sabe cuándo se va a poder examinar. Llega un momento en que les tienes que decir de cortar las clases porque no sabes qué día se podrán presentar a la prueba. Es un problema muy gordo porque además siempre nos culpan a las familias a nosotros», lamentó ayer un profesor de Alicante.