Los artificieros de la Armada que han reflotado la bomba de la II Guerra Mundial hallada el sábado en aguas de Tabarca , a 29 metros de profundidad, han hecho explosionar el artefacto esta tarde, tras arrastrarlo con una cuerda atada a una lancha desde el lugar en el que lo encontraron unos buceadores en una salida recreativa, a dos millas náuticas de la isla de Tabarca. Los especialistas han detonado el artefacto frente al cabo de Santa Pola. De este modo se han asegurado de que la deflagración preparada con una carga de cebo no dañaba la reserva marina. La bomba fue hallada a dos millas de esta zona protegida y ha sido reflotada hoy a 14 metros de la superficie para no dañar el hábitat en la explosión controlada, y alejada una milla de donde estaba.
En toda esta tarea los artificierons han tardado entre tres y cuatro horas al ser compleja y delicada y requerir de gran especialización, según ha destacado el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues. También ha asistido a los preparativos el subdelegado, José Miguel Saval. La detonación ha tenido lugar pasadas las cinco de la tarde y ha levantado una cascada de agua frente al Cabo de Santa Pola.
Los buzos de la Armada, en concreto ocho artificieros, han bajado a inspeccionar el lugar en el que estaba la bomba, un artefacto del Ejército norteamericano lanzado contra un submarino alemán que no estalló, y allí, bajo agua, han estado más de una hora. La embarcación con los informadores ha sido desplazada a mil metros de distancia y dos lanchas de la Guardia Civil han avisado a otros barcos para que se quedaran al menos a 700 metros de la boya amarilla que marca donde esta el artefacto. También vigilaban que no haya nadie buceando a menos de 1,4 kilómetros hasta que termine la operación.
El artefacto, que tenía más de 70 años, fue hallado el pasado sábado de forma fortuita. El paso de las embarcaciones y el buceo han estado restringidos, y la zona balizada por buceadores del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil y controlada por cámaras.
