Entre el estupor y la indignación. Esta es la sensación que miles de músicos de la provincia de Alicante tienen en estos momentos al enterarse de que el Ministerio de Trabajo piensa hacer inspecciones en todas las sedes de las sociedades musicales para comprobar que cumplen con la Ley y tienen dados de alta en la Seguridad Social a todas las personas que realizan un trabajo en dichas instalaciones, desde el personal de la limpieza hasta profesores de música, pasando por conserjes o administrativos.

En mayo se lanzó el «globo sonda» con el envío de cartas a las Sociedades Musicales de la provincia de Valencia, y hace unos días, la Inspección de Trabajo aseguró que estos controles se ampliarán a las bandas de Castellón y Alicante, a partir del mes de septiembre. El anuncio no ha pillado por sorpresa a la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana (FSMCV), que ya había expresado su temor acerca del alcance global de una campaña que ha puesto en el punto de mira a las sociedades musicales. Aunque el propio delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, tuvo que salir a apaciguar los ánimos en mayo, afirmando que la inspección sería a nivel informativo, y que por tanto no se iban a aplicar sanciones, esta campaña ha desatado los recelos de buena parte de un colectivo que cumple una importante labor social y cultural desde hace siglos.

El presidente de la FSMCV, Pedro Rodríguez. considera que el problema está en que estas cartas se han enviado «al 100% de las entidades, es decir, a las que cumplen y a las que no, y por eso puede sentar mal a mucha gente». La FSMCV no han querido poner en duda que la obligación de la Inspección de Trabajo es realizar estas investigaciones, y han asegurado que las bandas de música cumplirán con sus obligaciones. De hecho, han dado instrucciones a sus asesores laborales y jurídicos a que se pongan a disposición de todas las entidades.Pero a su vez, han instado a que las distintas administraciones cumplan con todo aquello pactado en materia de ayudas a este colectivo.

«Lo que no puede ser -afirma Pedro Rodríguez-, es que la administración se dirija a nosotros, que somos entidades sin afán de lucro, como si fuéramos una empresa. Además estamos creando empleo, que le cuesta dinero a cada entidad», recalca el presidente de la FSMCV.

Trabajar por amor al arte

Una de las entidades musicales que no teme la inspección de trabajo es la Sociedad Musical La Paz, de Sant Joan d'Alacant. En 1999 decidieron legalizarse al 100%. Fue la primera banda de la provincia que lo hizo, y 18 años después tienen contratadas a 43 personas que dan servicio a unos 200 músicos y 600 estudiantes (repartidos entre la Escuela de Música y el Conservatorio Profesional). Su presidente, José Ángel Espinós, considera que la medida de la Administración «es positiva, porque estás invirtiendo en Seguridad Social, en asesoría laboral, en mutuas, en prevención de riesgos laborales y en seguro escolar. Hoy en día, desde el minuto uno tienes que cumplir toda la Ley, pero todas las bandas no lo tienen igual. Las habrá que lo pasen mal, que tendrán que reorganizarse, que subir cuotas, que reajustar el presupuesto y buscar más ingresos».

«Cada vez más tiende a desaparecer la gente que trabaja por amor al arte. Ni la Ley ni la sociedad actual ayudan para que las bandas conserven a aquel colaborador, que venía cada día a ayudar y como mucho se llevaba alguna dieta por dedicar su tiempo a la música», afirma Espinós.