El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, presentará una queja formal a los superiores del comandante naval, José Ramón Vallespín, «para que tomen medidas por un comportamiento totalmente inadecuado para alguien de su cargo», al aludir a los «rojos locales» al atribuir al equipo de gobierno la retirada del puerto de la réplica del barco Santísima Trinidad. Así lo anunciaron ayer fuentes de su gabinete, que mostraron su «total reprobación» a las palabras de Vallespín y estimaron que «se descalifica él mismo» al emplear ese lenguaje.

Como publicó ayer este periódico, Vallespín ha acusado a los «rojos locales» de quitar la réplica del Santísima Trinidad del puerto, con el objetivo de que ese lugar «sea un símbolo del republicanismo», en un escrito de carácter privado difundido entre algunos de sus contactos. Sostiene también que esto se ha producido «aprovechando un momento de debilidad», ante «la complicidad de las autoridades nacionales y la pasividad de la propia Armada». Estas palabras fueron rechazadas de manera unánime por los tres grupos del gobierno municipal.

Desde el gabinete de Echávarri mostraron su «sorpresa» por los términos empleados por Vallespín en esa comunicación, ya que «siempre ha habido buena relación» entre el Ayuntamiento y la Comandancia Naval. Sin embargo, recalcaron que «las personas tienen que ser responsables con el cargo que ocupan», refiriéndose no sólo a las expresiones utilizadas, sino al contenido, ya que «un comandante naval no debe poner en riesgo la seguridad de la gente». Desde la alcaldía recordaron, en este sentido, y al igual que lo hicieron también tanto Guanyar como Compromís, que la réplica del barco se ha retirado por razones de seguridad, y por decisión de la Autoridad Portuaria.

El vicealcalde y líder de Guanyar Alacant, Miguel Ángel Pavón, pidió por su parte que se aplique algún tipo de medida disciplinaria sobre Vallespín. A su juicio, esas palabras «deberían tener consecuencias en el escalafón militar», porque reflejan una conducta de «no precisamente de respeto a las actitudes democráticas». Por ello, apeló a que este «despropósito» tenga alguna respuesta por parte de la Armada, y pidió que «no se vuelva a producir». Además, hizo hincapié en que la retirada «no tiene nada que ver con la memoria histórica».

Pavón, que compartió su malestar a través de las redes sociales, censuró que el comandante naval haya «recuperado expresiones de un pasado no democrático» como «rojos» o «republicanismo». El vicealcalde admitió que «nunca» le gustó la presencia en el puerto del «artefacto», apelativo con el que se refirió a la réplica del barco, pero reiteró que en todo caso se ha eliminado por razones de «seguridad». Recalcó que el Santísima Trinidad «no podía estar ahí sin que se reparara», según exigió la Autoridad Portuaria, algo que «probablemente no compensaría» a su propietario por el coste.

El portavoz de Guanyar añadió que, aunque el puerto de Alicante sea un punto de referencia para la memoria histórica por haber sido escenario del final de la Guerra Civil, «jamás habríamos pensado» que alguien vinculara la retirada de la réplica del barco a ese tema. Asmismo, recordó que ya hay allí un monumento alusivo a la memoria histórica y que ha sido «objeto de vandalismo fascista», al arrancarse la placa que recuerda los hechos ocurridos en 1939.

Mientras, el portavoz de Compromís, Natxo Bellido, también consideró «muy desafortunadas» las palabras del comandante naval de Alicante. Además, mostró su «extrañeza» de Vallespín «esté tan desinformado» y no sepa que la retirada de la réplica del barco es una decisión de la Autoridad Portuaria, por «seguridad». Defendió que «en cuanto a estética cada uno puede tener su opinión», pero en este tema en particular «no hay debate posible», puesto que el Santísima Trinidad «se ha quitado porque había peligro de que escorara» y, además, «no pasó la revisión» que debía.

Silencio desde el PP

La respuesta de la oposición a esta polémica fue, en cambio, muy distinta. Desde el PP no quisieron realizar ningún tipo de declaración, tras ser preguntados de manera explícita por este asunto. Sí lo hizo la portavoz municipal de Ciudadanos, Yaneth Giraldo, quien criticó las formas empleadas por Vallespín, aunque sin entrar en el tema de fondo y aprovechando para critar a otros grupos. Según dijo, «hablar de rojos o azules no ayuda a cerrar las heridas» y, además, «utilizar este lenguaje es hacerle el juego a la izquierda radical, que utiliza la memoria histórica para sus fines partidistas».