El puerto de Alicante ha culminado la pasada madrugada el traslado al muelle 7, a espaldas del centro de ocio Panoramis y donde fondean las patrulleras de la Guardia Civil, de la réplica del Santístima Trinidad, que ha estado situada junto a la Plaza Nueva del Puerto los últimos seis años, primero como barco/restaurante/museo y, desde hace casi dos años, cerrada tras el cese de la actividad hostelera y su venta posterior.

Los problemas que presenta el casco, el final de la concesión y la decisión del Puerto de dejar libre el muelle tras las quejas de los hoteles de alrededor han dado al traste con el objetivo de los nuevos dueños de volver a abrir, al menos en el muelle donde estuvo desde 2011.

Tras una primera etapa de éxito, al final, los anteriores gestores acabaron cerrándola y traspasaron la propiedad a la sociedad Santísima Trinidad S.L., una empresa que había realizados obras y pretendía reabrir ahora su interior con un gastrobar. La decisión del Puerto fue firme porque, según la Autoridad Portuaria, el casco no superó una inspección técnica de Capitanía Marítima y debe someterse a una reparación del casco en dique seco.

La cuestión es que en un principio el Puerto estaba dispuesto a ampliar la concesión hasta 2018 siempre que el casco de la réplica del barco hubiera superado la inspección submarina pero los buzos detectaron una fuga de agua y el informe concluyó que el casco debe ser reparado en dique seco.

El Santísima Trinidad fue durante sus 36 años de vida el buque insignia de la Armada Española en el siglo XVIII. Dotado de 112 cañones, el navío era el más grande de la época. Combatió en todas las batallas españolas desde 1769 hasta su final en la de Trafalgar en 1805 ,en que acabó hundido.