El Ministerio de Empleo y Asuntos Sociales ha dado una nueva vuelta de tuerca al programa de vacaciones subvencionadas de la Tercera Edad al prorrogar el actual pliego para la temporada 2017/2018 por otro año, pero sólo con un aumento de 0,5 euros por turista y día, al pasar de los 21 euros de este año a los 21,5 del otoño/invierno que viene, lo que hará que los hoteleros sigan en «números rojos» y, en la práctica, soportando casi al cien por cien el coste del programa. Paralelamente, los hoteleros de la Costa Blanca han comenzado a negociar las bases del que será el futuro pliego de condiciones, que debe aprobarse a final de año y en el que se han plantado al exigir, previa consulta con los propios clientes, que la cuota estatal se fije en los 25 euros por persona y, por otro lado, que se puedan desviar a la provincia las plazas que se queden libres en otras zonas de España.
Benidorm y el resto de los municipios que participan en el programa tienen asignados 180.000 turistas (el 80% de la Comunidad Valenciana), cifra que se queda corta, según apuntaron ayer fuentes de Hosbec, asociación la que pertenecen 40 de los 68 hoteles de la Comunidad Valenciana que participan en el exitoso pero también cuestionado programa de vacaciones. Los empresarios tienen también como objetivo que se recupere el presupuesto de 100 millones de dinero púbico (1,2 millones de plazas) que el Gobierno destinaba hace diez años y que se ha ido recortando hasta los 69 millones de euros actuales.
Nuria Montes, secretaria general de Hosbec, tiene claro que «la realidad es que algo tiene que cambiar porque no puede ser que los hoteles, que son la parte fundamental del programa, sigan en números rojos al trabajar con los mismos precios desde hace diez años. Es más, nuestra reivindicación viene avalada por los clientes, que son conscientes de que los hoteles donde se alojan no son ya los mismos que hace diez años. Se ha mejorado mucho la oferta y saben que debe pagarse» subrayó Montes.
El turismo del Imserso genera opiniones encontradas en el sector empresarial de la Costa Blanca y ha pasado por muchas etapas. En los primeros años fue insustituible, en la época dorada de la economía española llegó a «sobrar» debido a los bajos precios, pero con la explosión de la burbuja inmobiliaria en 2008 volvió a ser estratégico y clave en invierno para muchos hoteles pequeños y familiares, porque asegura actividad en la temporada baja y con ello el mantenimiento de miles de puestos de trabajo.
No obstante, lo que nadie niega en la Costa Blanca es que el modelo está agotado a los precios que paga el Gobierno a los hoteleros. 21,5 euros la próxima temporada, prácticamente la misma cantidad que hace diez años por turista y día. La patronal hotelera protesta año tras año y, sobre todo, cuando toca renovar el programa pero los responsables del Ministerio, tanto con el PSOE como con el PP, siempre han mirado para otro lado.
A los hoteleros alicantinos que trabajan con los clientes del Imserso ya no les salen las cuentas. Treinta y dos años después de que el Gobierno de Felipe González lanzara un plan social para evitar la concentración de la temporada turística en los meses de verano, y, además, democratizar las vacaciones facilitando que las personas mayores con pocos recursos tuvieran acceso a viajes o, incluso, a conocer el mar por primera vez, el sistema no resiste la subida de los costes y encima ha terminado contagiando al resto de la tarifas durante la temporada baja.
Los empresarios alertan de que ya no pueden soportar la carga que supone el alojamiento de estos clientes. Una tarifa que incluye el alojamiento, tres comidas al día, animación, servicio médico y fiesta de despedida. Precio que, a día de hoy, ya no da para mantener ni plantillas ni hoteles abiertos en invierno, según advierten fuentes de la patronal hotelera, que no descartan que la falta de renta de este tipo de turismo aboque al final a los hoteles a tener que cerrar en invierno, lo que provocaría el despido de cientos de trabajadores, sobre todo en Benidorm. Sesenta y ocho hoteles abiertos y 16.000 empleos en temporada baja dependen del Imserso. Esta es la sinergia positiva del programa de vacaciones sociales que manejan los touroperadores Mundosenior y Mundiplan.
La Costa Blanca tiene asignadas 110.000 plazas del cupo del turismo del Imserso, lo que le permite recibir a 250.000 jubilados todas las temporadas entre octubre y abril, la mitad de las solicitudes. En la Comunidad Valenciana se benefician del programa Benidorm, Guardamar, Finestrat, Altea, Xàbia, Santa Pola, Peñíscola y Gandía. Los hoteles ingresan del Gobierno unos 5 millones de euros, cantidad a la que hay que añadir otros ingresos derivados del gasto directo de los clientes. Por cada euro invertido en el programa el Estado recupera 1,5 euros a través de las prestaciones sociales que deja de pagar a los trabajadores en los hoteles abiertos, así como a través del IVA.
Compromís pide soluciones
La coalición Compromís ha reclamado, vía Senado, al Gobierno un impulso al alojamiento reglado, legal y generador de empleo y de una importante actividad económica, como es el hotelero, a través de la dignificación del programa de turismo social para personas mayores (Imserso), según avanzó ayer Jordi Navarrete, senador de la coalición en Madrid.
