Jóvenes Agricultores Asaja-Alicante ha denunciado la proliferación de envenenamientos masivos y cierres de piquera de colmenas (puertas de las colmenas) en toda España durante los meses de mayo y junio. En Alicante, en concreto, la sectorial apícola de Asaja ha detectado un envenenamiento en Alicante con 150 colmenas afectadas, otro en València, con un total de 170 colmenas; y otro en Palencia, propiedad de un apicultor alicantino, donde se han envenenado 178 colmenas. Estos actos vandálicos están tipificados en el código penal como delito contra el patrimonio con pena de 1 a 3 años de prisión.

Asaja recuerda que llevan tres campañas en las que cierres de piqueras y envenenamientos se suceden sin control y cada año van a más. Entre 2016 y el primer semestre de 2017, los vándalos han matado 800 colmenas de varios apicultores y han dejado despobladas y envenenadas a 100 España, todas de apicultores pertenecientes a Jóvenes Agricultores de Alicante. En los dos últimos meses, la sectorial apícola de la organización ha detectado un cierre por envenenamiento en Alicante, con 150 colmenas afectadas; otro en València, con un total de 170 colmenas; y un cierre de piqueras en Palencia, donde se han muerto 178 enjambres. Cabe recordar que estos actos vandálicos están tipificados en el código penal como delito contra el patrimonio con pena de 1 a 3 años de prisión.

"Estos delincuentes actúan con la alevosía que define a alguien sin escrúpulos que daña la propiedad de otro sin medir las consecuencias que, en algunos casos, son la pérdida de la cosecha anual y el sustento de familias enteras", afirma María José Mahiques, técnico de la sectorial apícola de Asaja-Alicante.

Debido a la naturaleza de este tipo de actos, "pillar" al delincuente es complejo, pero nos consta que, tanto la guardia civil como el resto de cuerpos hacen un gran esfuerzo por descubrirles.

Por otra parte, otra de las lacras que afecta gravemente a la apicultura es la muerte masiva de abejas son las intoxicaciones agroambientales por un mal uso de los fitosanitarios en el campo. El protocolo actual es lento y de difícil ejecución, por lo que pedimos a la Administración que ponga en marcha un sistema de actuación que sea eficiente y rápido y que vele por un equilibrio ordenado de agricultura sostenible a través del uso racional de productos fitosanitarios y evite la intoxicación de las abejas.

Según Asaja, "lo normal en estas fechas es que los apicultores estén doblando colmenas, sacando miel y recogiendo enjambres, por lo tanto, es en ésta época del año cuando encontramos las explotaciones apícolas en su máximo esplendor".

Por ello, nos resulta paradójico que estas acciones "con tintes delictivos" se concentren, sobre todo, coincidiendo con la primavera, con lo que el apicultor no solo ve mermada su producción, si no que se pone en peligro la viabilidad de las colmenas y de la explotación ganadera.