La recuperación del turismo nacional, el que más gasta durante sus vacaciones, la bonanza del mercado internacional -la Costa Blanca sigue siendo un año más un destino refugio pese a que empiece a detectarse un incremento de las reservas hacia las zonas de sol y playa de Turquía y Túnez-, y la mejora de la planta hotelera han hecho posible que los hoteleros suban los precios una media del 5% en la temporada alta que arranca el próximo fin de semana.
Las tarifas llevaban congeladas desde la explosión de la burbuja inmobiliaria y la posterior crisis económica de la que se empieza a salir y se nota en las vacaciones. Con todo, muchos de los hoteles de la franja costera de la provincia volverán a estar entre los más baratos pese a tener una de las mejores relaciones calidad/precio de España.
Según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística, la rentabilidad media de cada habitación ocupada en los hoteles es de 64,4 euros en la Comunidad Valenciana, un 4% más que en 2016. Un dato positivo pero lejos todavía de la que obtienen los hoteles de Cataluña (94,5 euros), Canarias (87), Andalucía (81) y Baleares (75). La gran dependencia del mercado británico -más de la mitad del total de la oferta- explican esta coyuntura, ya que los contratos con los tour operadores ingleses se firmaron dos años antes. Entre los destinos turísticos destacan los 57,2 euros de rentabilidad por habitación en los hoteles de Benidorm y 47 euros en los de Alicante.
Los mayoristas han aumentado, por otro lado, la presión sobre los precios para tratar de contrarrestar la competencia que supone el que gran parte de sus clientes de toda la vida hayan cambiado su forma de organizarse las vacaciones gracias a las posibilidades que dan las compañías de bajo coste y los propios hoteles, que priman con descuentos y atenciones especiales la reserva directa en sus páginas web.
En la provincia, además, las grandes cadenas ofrecen ya hasta gratis el traslado de sus clientes desde la propia puerta del hotel hasta el aeropuerto o la estación del AVE en Alicante. El hecho de no negociar con los tour operadores y comercializar de forma directa permite, además, mejorar sus tarifas y ganar en margen de caja, según apuntaron ayer fuentes de la patronal hotelera.
Por otra parte, durante la temporada alta muchos hoteles prefieren trabajar con el mercado nacional, cuyo nivel de gasto, pese a que la situación económica sigue siendo complicada para muchas familias, es más alto que el de los extranjeros. Turistas foráneos que siguen siendo clave, como ya se demostró el año pasado, cuando los seis millones de turistas extranjeros que eligieron pasar sus vacaciones en la Costa Blanca incrementaron su gasto por viaje realizado en un 4%, hasta quedar en 1.023 euros. El gasto medio diario fue de 138 euros, lo que supuso un incremento del 6,5%.
España logró en 2016 batir por cuarto año consecutivo su récord histórico en llegadas de turistas internacionales, con un registro de 75,3 millones de visitantes -7,2 millones de turistas más que en 2015-, lo que supuso un crecimiento del 9,9% con respecto al año anterior. A la Costa Blanca llegaron más de seis millones de turistas extranjeros, un 15% más que en 2015. La mitad eligió Benidorm como destino principal. Del posible impacto del «Brexit», ni rastro este año.
José María Caballé, presidente de la cadena benidormí Servigroup -9.000 plazas entre Alcocebre y Mojácar pero con la mayoría concentradas en la Costa Blanca- tiene claro que «el que no se renueve está acabado y parar mantener, por ejemplo, ese 65% de repetición de nuestros clientes es necesario cuidar, tanto las fachadas y las recepciones como tener perfecto todo lo que no se ve: aire condicionado que no te congele pero que mantenga la estancia fresca, renovación de los colchones, almohadas dobles, los bufets, que los grifos funcionen, que el cliente se despreocupe de las maletas en sus trayectos al aeropuerto... detalles que cuestan dinero, que pueden pasar desapercibidos, pero son básicos para dar el máximo confort. El cliente tiene que sentirse mejor incluso que en su casa. Eso permite jugar con el precio», subraya Caballé.
En este sentido, destacar el éxito que ha consechado la compañía aérea portuguesa TAP con los vuelos directos entre la Costa Blanca y Lisboa el pasado 10 de junio y que tienen una ocupación media del 95%. La mayor parte de los pasajeros se alojan en hoteles de Benidorm, tradicional destino del turismo luso en la Costa Blanca. Las compañías que operan en el aeropuerto de Alicante-Elche han programado un total de 11,5 millones de plazas entre la provincia y los 115 aeródromos de Europa y Argelia con los que va estar conectada la Costa Blanca entre el pasado mayo y el próximo 31 de octubre, lo que supone un crecimiento del 14% en relación a la temporada alta de 2016. Números que pueden avanzar, si se cumplen la previsiones de ocupación de los aviones, que la terminal alcance este año los 13 millones de pasajeros, setecientos mil más que el año pasado.
Buena parte de ello se debe a los pasajeros ingleses, que siguen desafiando al «Brexit», como demuestra el incremento de plazas de las compañías, que ofertan cerca de 5 millones de asientos, un 17% más que en el verano de 2016. En total hay programados de 66.000 vuelos, de los que tres son con Lisboa. Tolousse y Marsella, las novedades de este año.
Ciudad de vacaciones
Por otro lado, una de las novedades hoteleras es la ciudad de vacaciones surgida de la fusión del antiguo complejo Magic Aqua Excalibur, con ambientación medieval, y el centro deportivo anexo La Marina, adquirido por Magic para incorporarlo al grupo y ofertar seis pistas de tenis, tres de pádel, dos de frontón, piscina semiolímpica y pista polideportiva. De esta forma nace «Magic Robin Hood Sport, Water Park».
