«Cuando eres gordita te atacan en la escuela y una vez cumplí los diez años, la situación se hizo tan insostenible que mi padre vino por mí y me llevó en volandas». Eva de la Coba sabe de primera mano lo que sufre un niño acosado, pero también lo que mueve a un maltratador, porque llegó un momento en el que cruzó la línea. Fue para defender a su hermanda, « y llegué a acosar a los acosadores, de lo que no estoy nada orgullosa», confiesa.

El testimonio de esta alicantina nacida en Elda no tiene precio de cara al proyecto que ha puesto en marcha con otra compañera, Nieves Gimeno, para combatir el bullying tanto desde las aulas como en casa, y con los padres en primera línea también.

Sin más respaldo que su iniciativa y entusiasmo, han creado unas agendas diferenciadas para los alumnos de Primaria y de Secundaria que los profesores pueden utilizar para impartir lecciones y ejercicios sobre las emociones en sus tutorías, y que también involucran a los padres porque pueden contribuir a rellenar algunos de los ejercicios que les ayudarán a detectar el estado de ánimo de sus hijos, para dar la voz de alerta a tiempo y controlar cualquier situación irregular desde un primer momento. Para el alumno funciona como un diario íntimo.

Experiencia

«El acoso que sufrí me ha servido para comprender desde mi perspectiva que no hay maldad en un niño maltratador. Tiene mucho que ver el ambiente en el que se cría uno, pero el motivo siempre es emocional, de modo que disponer de medios económicos tampoco significa que no tengas muchas carencias emocionales porque tus padres no te presten la suficiente atención, por ejemplo». La experiencia que vivió directamente Eva, tampoco hace tanto tiempo, porque ronda la veintena, le sitúa en una perspectiva muy cercana hacia el acoso escolar en las aulas a día de hoy.

«Cuando un niño, por ejemplo, apunta en la agenda más defectos que logros, es señal de que hay un problema», apunta. Y añade que «cuando aprendes cómo funciona la mente, ves que no hay maldad, que se trata de carencias o de que se sienten mal con su cuerpo, y lo manifiestan actuando violentamente contra otros».

Por eso las agendas que ha ideado junto a Nieves Gimeno, Fisioterapeuta, capacitada para impartir clases y estudiante del ciclo de Educación Infantil, incluyen para los más pequeños cuentos mensuales sobre los distintos valores: inteligencia emocional, equidad, respeto a la diferencia y al medioambiente.

Los ejemplares destinados a los adolescentes indicen en la autoestima y la inteligencia emocional, para hacerles reflexionar sobre posibles creencias limitantes, aquellos pensamientos que te paralizan para conseguir tus metas. Eva explica que se invita al joven a explorar su yo interno, a mirarse desnudo ante el espejo para apreciar y aceptar su imagen.

«Trabajo con adolescentes y la agenda nace porque ellos mismos me lo han pedido». Eva estudia Psicología tras haberse formado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos -«con uno de los mejores expedientes de Elda», confiesa satisfecha-, además de haber cursado el ciclo formativo superior en Administración y un master en Coaching e Inteligencia emocional. «En los cuadernos de ESO no involucramos a los padres, son para que se expresen y como una forma de crecimiento interno y personal. Hace nada yo misma era una adolescente, así que les conozco bien», comenta.

Empatía

Para los mas pequeños se incluyen ejercicios de empatía hacia niños de otras culturas, a base de dar alas a su marginación para que se trasladen a otro país y cuenten cómo les gustaría ser tratados. Preguntas del tipo ¿tratas igual a los que son diferentes a ti? o ¿qué cosas chulas puedes hacer con esas diferencias?, buscan a su vez concienciar a los niños en la igualdad y el respeto a la diferencia, incluyendo en este apartado también distintos tipos de familias, con dos papás y dos mamás por ejemplo.

Como forma de divertimento, estas emprendedoras alicantinas orientan además la agenda dirigida a los alumnos de Primaria como un método para conseguir superpoderes «para que recapaciten sobre ellos mismos y expliquen qué superpoderes tienen y cómo podrían manifestarlos».

La propia Eva confiesa que se hizo mayor aprendiendo a defenderse, y que ahora trata de aportar pequeños ejercicios que permiten que afloren posibles situaciones complicadas para atajarlas.