La Guardia Civil de Tráfico montó a primera hora de la mañana de ayer un gran control de alcoholemia en la salida de Alicante por la autovía A-31 con el fin de detectar posibles conductores que se hubieran puesto al volante aún bajo los efectos de sustancias etílicas después de la noche de San Juan y, en consecuencia, estuvieran poniendo en riesgo la seguridad vial. Los vehículos eran desviados hacia la depuradora de Rincón de León, junto a cuyo acceso se practicaban los controles. Desde la Benemérita señalaron que hubo conductores que dieron positivo, tal y como era de esperar, pero sin mayores incidencias.