Hasta 600 metros de vallas metálicas reforzadas con rafia rodean el perímetro de la plaza de Gabriel Miró y los ficus centenarios para evitar daños durante estos días de fiestas de Hogueras. A un lado de la plaza -el que da al edificio de Correos- se instalan los socios de la hoguera, y al otro, las barras abiertas al público.

La presidenta de la hoguera, Josefa Rosa Merino, y los encargados del montaje del racó defendieron ayer las medidas de seguridad que se toman después de la denuncia de la Asociación de Vecinos del Centro Tradicional de Alicante en la que aseguraban que la plaza se estaba vallando «sólo parcialmente» con el consiguiente peligro tanto para la fuente como para el arbolado. De hecho, durante todo el día de ayer continuaban trabajando en el montaje y el vallado para tenerlo todo listo para esta noche.

«La plaza se quedará el día 24 por la noche mejor de lo que nos la hemos encontrado al llegar a montar», aseguró Merino. «Hay una valla que impide el acceso a la zona central donde está la fuente, los vecinos deben pensar que si no montáramos aquí el racó como se viene haciendo desde 1918, se llenaría de jóvenes haciendo botellón y entonces sí que habría problemas». «La plaza va a quedar totalmente vallada y no tiene por qué haber ningún problema. Cuando desmontemos el racó, un equipo de limpieza propio barrerá y baldeará toda la plaza», añadió la presidenta de la hoguera, quien recordó que incluso «mandamos a los niños a tirar petardos a la calle del Cid para que no se dañe ni una baldosa de la plaza».