La primavera más seca de los últimos 150 años ha vuelto a encender todas las alarmas en la provincia de cara al abastecimiento de agua a partir del otoño, esta vez para consumo urbano, porque al cierre del trasvase Tajo-Segura rasvase Tajo-Segura se suma el que solo está garantizado el suministro hasta finales de octubre si no llueve sobre la cabecera del Tajo. La desaladoras no pueden suplir al cien por cien la falta del trasvase. El pasado mayo fue muy seco (en la mayoría de los municipios alicantinos no cayó un sola gota de agua) y, además, cálido con una temperatura media de 19 grados, dos por encima de lo normal.

Los que peor lo tienen siguen siendo, sin embargo, son los agricultores que se han enterado, además, esta semana, que el «parche» de la desaladora de Torrevieja tendrá importantes costes adicionales, ya que el agua va a costar 0,5 euros el metro cúbico, cuatro veces más que la del Tajo (0,12 euros). Y, además, los 21 hm³ aprobados para todo lo que queda de año -la planta no da para más- suponen el equivalente a un trasvase mensual. En España las reservas de los embalse están la 55%, veinticinco puntos por debajo del año pasado. Los pantanos del Segura están al 31% y los del Júcar al 38%.

Mayo fue muy cálido y muy seco en la Comunidad Valenciana, con una temperatura media de 18,1 grados, que es 1,6 grados más alta que la media de los últimos años, mientras que la precipitación acumulada fue de 11,1 litros por metro cuadrado, inferior en un 75 % a la media (47,3 litros) del periodo 1981-2010. Novelda fue el municipio con la media más alta (21,3 grados), seguida de Alicante (20,5), Elche (20,3) y Alcoy (19,4).

En el 10 % del territorio de la Comunidad Valenciana el mes fue extremadamente seco, más seco que cualquiera de los de la serie de referencia 1981-2010; en el 60 % el mes fue muy seco, en el 28 % fue seco y en el 2 % restante, normal, según la Agencia Estatal de Meteorología.

Los peores registros de lluvia volvieron a obtenerse en la provincia de Alicante. Así, en Villena, de cuyos acuíferos bebe gran parte de la provincia, solo recogió 3,9 litros en mayo, cuando no normal en el mes hubieran sido 37,6 litros. En otros observatorios como los del aeropuerto de Alicante-Elche, Torrevieja, Orihuela y Novelda no se recogió ni un litro de agua de lluvia. Un situación que empieza a ser dramática y que, de no estar a pleno rendimiento las desaladoras de Agua Amarga y San Pedro del Pinatar en la provincia ya habría restricciones porque el Tajo está cerrado.

Por su parte, los agricultores de la provincia cuyas cosechas dependen del agua que pueda llegar del Tajo-Segura, en situación de «trasvase cero» por la sequía que sacude la cabecera del río, ven ahora como única esperanza que la cuenca del Júcar pueda solucionar su agonía con recursos de una cuenca que, técnicamente, está igual que el año pasado gracias a las lluvias del invierno.

El embalse de Tous almacena en estos momentos 234 hm³, 130 hm³ más que en 2016, caudal que a partir de octubre deberá reducir a los 80 hm³ porque se trata de un embalse regulador de avenidas y, por tanto, tiene que estar preparado para asumir las lluvias torrenciales. Los agricultores del Segura esperan una respuesta de València que no llega y, además, está cada día más complicada porque el permiso del Júcar habría la puerta a que los usuarios del Vinalopó y l`Alacantí reclamaran que el Júcar-Vinalopó trasvasar agua para beber algo que sigue en el aire.

Tous no está directamente conectado con la infraestructura para traer caudales a la provincia de Alicante pero en una toma aguas abajo, Antella, se derivan caudales para los regadíos tradicionales de Valencia. La propuesta de los agricultores alicantinos, que ya conoce la Confederación Hidrográfica del Júcar, pasaría por que ese agua sustituyera a la almacenada en el embalse de Alarcón, que sí tiene conexión con la provincia a través de la infraestructura del Tajo-Segura. El embalse de Alarcón está peor que el año pasado pero tiene 427 hm³. Mientras, en el oriolano de La Pedrera tan solo hay 87 hm³, agua que, además, a la que no tienen acceso los agricultores del trasvase.

Los regantes necesitan un caudal mínimo de 150 hm³ hasta final de año y a día de hoy solo tienen garantizados los 21 hm³ de la desaladora de Torrevieja, ya que nada se sabe de los 25 hm³ de los pozos de sequía del Sinclinal de Calasparra y sigue sin recibirse ha autorización para la compra de 8 hm³ a la comunidad madrileña de Estremera, pese a los anuncios de la Delegación del Gobierno.