«Os admiro y os entiendo, porque sé como os sentís cuando en la plantà un golpe de viento derriba el remate del monumento: a mí también se me ha quedado colgada una cinta en mitad del ejercicio. Sé cómo os sentís cuando el jurado visita vuestras hogueras y barracas, porque también he sentido esos nervios esperando la puntuación de los jueces. Y cuando todo el esfuerzo de un año se centra en el momento en que arde la hoguera, pues yo también me lo he jugado todo en los dos minutos y medio del ejercicio sobre el tapiz».

Con estos símiles entre el deporte y las Hogueras, la gimnasta olímpica alicantina Alejandra Quereda, plata en Río, se metió en el bolsillo a los festeros que llenaron anoche la plaza del Ayuntamiento en el pregón de Hogueras, además vestida de siglo XIX. Ataviada de la Fiesta desfiló junto a otras dos mil personas por el corazón de la ciudad, foguerers de 89 comisiones, barraquers, bellezas, damas, presidentes y banderines. Participaron las collas Benacantil, Sant Antoni, San Blas, l´Embolic, la Canya, el Rebuig y los Amuntegats, y los nanos i gegants en un acto patrocinado por Iberdrola.

Las palabras de Alejandra Quereda estuvieron llenas de espíritu festero y deportivo en un pregón traducido en lengua de signos. Así, compartió con el público cómo llegó a la gimnasia rítmica con la que tantos éxitos está consiguiendo, «algo tan sencillo como que empecé un día a los seis años como una actividad extraescolar». Pasión que comparte con la Bellea Infantil, Martina Núñez, también gimnasta, que la idolatra y que la contemplaba embelesada junto a la Bellea del Foc, Sofía Escoda, y las Damas. Con ellas en los balcones el alcalde y edil de Fiestas, Gabriel Echávarri, de zaragüell; el vicealcalde, Miguel Ángel Pavón; el portavoz del tripartito, Natxo Bellido, y Luis Barcala y Yaneth Giraldo, por PP y CS.

La pregonera, que recibió un gran aplauso al recordar su medalla en Río, contó cómo tuvo que dejar Alicante a los 9 años para ir a Madrid a entrenar tras recibir la llamada de la Federación Española de Gimnasia, y resumió su currículum de medallas, como la gimnasta con más preseas en competiciones internacionales junto a su compañera de equipo Sandra Aguilar. Algo que no habría sido posible, dijo, sin el apoyo de su familia, porque es «un trabajo constante de ocho años sin vacaciones entrenando siete horas diarias de lunes a sábado, sin olvidar los estudios de Medicina, mi otra vocación, heredada de mi padre».

Y en este punto le venció la nostalgia, cuando habló de las dos primaveras de Alicante, una ciudad tan especial que «en ella, como dijo un ilustre pregonero desde este mismo balcón, los alicantinos convertimos la noche de San Juan, la más corta del año, en la más larga». Entonces empezó a enumerar sus recuerdos de Hogueras. Los primeros años cuando la vestían con una falda de alicantina granate, «y cómo mi abuela me peinaba con aquel moño que tantas veces he repetido para mis competiciones»; las mascletàs y el calor de las barracas a mediodía; los paseos para ver las hogueras al caer el sol; la palmera, las tracas y las llamas que se esparcen en la Cremà; y casi al final la banyà como parte más divertida, «y yo la primera, queriendo mojarme, pues no eres alicantina de verdad si alguna vez no te has calado entera en la Cremà».

«Las fiestas se mantienen gracias al corazón y al alma de foguerers y barraquers, de las comisiones que os sacrificáis en cada barrio», dijo la pregonera tras desear en voz alta volver en Hogueras tras años sin disfrutarlas, si es posible con sus compañeras del equipo nacional. Y aprovechó para agradecer el haber sido elegida para inaugurar la Fiesta y el que la avenida por la que de niña caminaba a su colegio, Jesús y María, vaya a llevar su nombre. Tras las palabras de la Bellea, sonó el himno y la gimnasta lo entonó con entusiasmo.