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Francisco José Benito

Superados por la sequía

La debilidad del Gobierno bloquea la solución para la sequía. Este es el mensaje que trasladaron anteayer en Alicante el delegado del Ejecutivo en la Comunidad Valenciana, Carlos Moragues, y los presidentes de las confederaciones del Júcar y el Segura, cuando tras un encuentro para hablar de la limpieza de cauces y barrancos (con el Tajo-Segura cerrado los altos cargos de la Administración optaron por debatir sobre la prevención de la gota fría otoñal), demostraron estar superados por la sequía y no tener argumentos ni soluciones para trasladar a los agricultores un mensaje de esperanza ante el inminente verano.

Tan aparente resultó la astracanada, que unas horas más tarde la directora general del Agua del Ministerio de Agricultura, Liana Ardiles, trató de enmendarles la plana anunciando, después una reunión con el consejero murciano de Agricultura, Francisco Jódar (en Madrid no cuentan con la consejera valenciana Elena Cebrián desde que ésta dejara su puesto como alto cargo del Ministerio) que, por fin, y tras meses de reclamaciones de los agricultores, se activaba la «solución Torrevieja». Un parche de 21 hm³ ya anunciados a los regantes con anterioridad que contribuirá, al menos, a salvar plantas y arbolado ante la falta de un trasvase regular del Tajo. Solo eso, no es más que una medida de emergencia porque al Gobierno la sequía le ha vuelto a pillar con los deberes en blanco.

Se queja ahora el delegado Moragues de que Castilla-La Mancha, hoy en manos socialistas con el apoyo de Podemos, recurre por sistema en el Juzgado cualquier trasvase del Tajo a la provincia. Nunca es tarde para enterarse, pero alguien debiera recordar al representante del Estado en la Comunidad Valenciana que esto viene siendo así prácticamente desde que se abrió el grifo allá por los años 70 (bueno con Franco no) y en que entre los gobiernos recurrentes también figuró el de María Dolores Cospedal, la todopoderosa baronesa popular, que por influir hasta vetó la candidatura del ingeniero José María Benlliure a la Presidencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar para colocar a María Ángeles Ureña, mucho más dócil como se ha demostrado.

El Gobierno, éste, el anterior, el de González y el de Rodríguez-Zapatero, han demostrado con creces que el problema del agua en la provincia de Alicante no existe para Madrid. Hoy el Ejecutivo de Rajoy es débil pero ¿qué pasó cuando se gobernaba con mayoría absoluta? Pues que, como siempre, miraron hacia otro lado.

El Tajo-Segura agoniza, no se han querido interconectar las cuencas, y no hablo del Ebro, que también, sino de la del Duero con el Tajo, el Júcar-Vinalopó solo envía 15 hm³ y no está conectado con todo el Vinalopó y l`Alacantí y la solución de las desaladoras ha sido un desastre. La macroplanta de Torrevieja costó 350 millones de euros para producir 80 hm³ al año y tres años después de estrenarse sólo genera 21 hm³, de la de Mutxamel poco se sabe y solo cumplen su función las de Aguamarga y para abastecimiento urbano. De interconectar las cuencas se viene hablando desde los convulsos años 30. Hubo un nuevo intento 50 años después con Josep Borrell, hoy gurú de Pedro Sánchez, a Narbona mejor no recordarla y lo de Aznar se quedó en el cumpleaños feliz de Villena.

Alicante no está en el mapa del agua y este verano, si no cambia el tiempo, la cosa puede acabar como el rosario de la aurora. ¿Corredor Mediterráneo? Igual cuando tengamos la doble plataforma ya no hay ni un pimiento para exportar. Así escriben la la historia nuestros padres de la patria.

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