Una marea de padres y madres con sus hijos pequeños, muchos de ellos todavía en carrito y llegados de toda la provincia, inundaron ayer las calles más céntricas de Alicante de globos de colores y pancartas para decirle al conseller de Educación, Vicent Marzà, que quieren elegir la lengua en la que aprenden sus hijos: «Aprendo mejor si me explicas en Castellano, así es como me enseña mamá», o «¿Ahora no podré ayudar a mi hija con sus deberes?» como portaba Inés Navarro, de Villena.

La Policía cifró en 6.000 los asistentes que alzaban sus voces entre los sones del grupo de percusión Maracuyá Reguel. Los representantes de las confederaciones de padres convocantes, tanto de la enseñanza pública -Covapa-, como de la concertada -Concapa-junto a la Asociación Idiomas y Educación, presidían la marcha.

Ramón López, de Covapa, subrayo qué pública y concertada han conseguido un punto de unión por la libertad de elección de la lengua vehicular, aunque les separen otras cosas. « Es una pena que en el siglo XXI estemos en la calle para defender algo tan fundamental como la libertad», dijo.

Julia Llopis, por Concapa, añadió que «hemos vuelto a la calle porque las políticas educativas afectan ahora a la pública y la concertada, y no han contado con los padres para este decretazo del plurilingüismo. Lo que queremos es que se paralice el decreto para que haya un consenso, y mientras tanto no dejaremos este foro. Habría que limar mucho porque no se ha hecho por motivos pedagógicos sino ideológicos», afirmó.

Entre los manifestantes corrió la voz, y así lo confirmaron en el colegio, de que la Conselleria de Educación ha admitido la alegación de Salesianos, que recupera el aula concertada de primero de Bachillerato que se le iba a suprimir. La rectificación apunta a que el centro cumple uno de los requisitos que inicialmente no incluyó en su petición, como es haber contratado profesores suprimidos de aulas de otros centros. Son finalmente 8 las aulas de bachillerato que pierde la provincia y en las que Educación alude razones de escolarización.

Cuando la marcha culminaba la avenida de la Estación se sumaron padres de la Vega Baja, Almoradí, Callosa de Segura, Elche, Biar o Calpe desde los 14 autobuses que fletó la organización. Ruth Martínez, del colegio Vicenta Ruso de Santa Pola, protestaba porque muchas familias de Gran Alacant son inmigrantes «y a un día de la matriculación se nos ha informado de que en lugar del nivel Intermedio 1 de plurilingüismo daremos el Avanzado 2 experimental. Es inaceptable». Pancartas a su alrededor insistían: «Marzà, no destroces mi futuro».