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El Tajo ha recortado un 80% el trasvase desde que elevó la línea roja a 400 hm3 en 2015

Agricultura ha pasado de transferir 38 hm³ al mes hace dos años a los 7,5 hm³ de este mayo, los últimos si no se recupera la cabecera del río

El Tajo ha recortado un 80% el trasvase desde que elevó la línea roja a 400 hm3 en 2015

El Ministerio de Agricultura ha recortado en los dos últimos años un 80% el agua del Tajo que envía a las provincias de Alicante y Murcia, coincidiendo con el aumento del nivel de la reserva en el complejo de embalses de Entrepeñas y Buendía a partir del cual se cierra el trasvase Tajo-Segura. De los 38 hm³ mensuales que llegaban en 2015 se ha pasado a los apenas 7,5 hm³ aprobados «in extremis» para este mes de mayo, caudal que se utilizará para garantizar el abastecimiento urbano.

Esta cantidad será la última si en las próximas semanas no llueve en la cabecera del río, o se toma una decisión extraordinaria en el consejo de ministros por encima de la propia ley, como ya ocurriera en 1995, año de la última gran sequía. La transferencia de mayo ha sido posible porque el día 1 había embalsados 392 hm3 y este año, según el Gobierno, la línea roja está en los 368 hm3, sobre los 400 hm3 que fijó la ley por aquello de ir aplicando el polémico memorándum progresivamente.

La situación en la cuenca del Tajo comienza a ser agónica con 3.957 hm3 embalsados por los 11.012 hm3 de capacidad. El año pasado por estas fechas la reserva era de 7.099 hm3. En la del Segura la situación es también más que delicada. De un capacidad de embalse hoy hay 374 hm3 sobre los 448 hm3 de 2016.

Las provincias de Alicante y Murcia necesitarían recibir hasta final de año un total de 266 hm3 de agua del Tajo para poder funcionar con normalidad a razón de 38 hm3 al mes. Un previsión imposible de cumplir en estos momentos porque la cabecera, que esta semana recibirá algún aporte gracias a las tormentas están cayendo en el centro de España, se encuentra en el peor nivel desde que comenzara el año hidrológico y entra en la fase más crítica debido a que a partir de junio apenas llueve. Y es que, paradójicamente, el régimen pluviométrico en la cabecera del río (Entrepeñas y Buendía) es el mismo que el del sur de la provincia Alicante.

La situación preocupa en Alicante y preocupa en Madrid porque aunque se cuenta con las desaladoras, el nivel de producción de agua no puede cubrir por si sola las necesidades de abastecimiento de los 2,5 millones de personas de las zonas receptoras. Cerca de un millón de los afectados residen en los 54 municipios de la provincia, entre ellos Alicante, Elche y toda la Vega Baja.

La macroplanta de Torrevieja solo produce 30 hm3 y al margen de esta posibilidad solo queda el «as» de los pozos de sequía de Calasparra. Ayer, los embalses de Entrepeñas y Buendía embalsaban 371 hm3, 21hm3 menos que hace diez días y a tres de la línea roja que este año está en los 368 hm3 y no en los 400 hm3.

Los que peor lo tienen son los agricultores, ya que por ley lo primero que se garantiza es el suministro de agua para la ciudades. Muchas comunidades de regantes están negociando por su parte la compra de agua a agricultores del Tajo y del Júcar, únicas cuencas que tienen conexión con la provincia, pero el tema es delicado porque necesita autorización final del Ministerio de Agricultura, ya que el asunto sigue sin regularse pese a quedar reflejado en el memorándum de 2015 en el que se elevó de 240 hm3 a 400 hm3 la línea roja.

El problema es grave pero a partir de junio será peor y el tema pasará ya a manos del propio presidente, Mariano Rajoy, al superarse la línea roja. El último precedente de un trasvase del Tajo con las reservas agotadas hay que buscarlo en 1995, cuando el gobierno socialista de Felipe González aprobó la llegada de un riego extraordinario saltándose la ley. Entonces no había ni desaladoras. Y mientras la falta de infraestructura de transporte Marina Baixa-Vega Baja provoca el vertido diario de miles de litros de agua al mar desde los embalses de Amadorio y Guadalest.

Alicante se juega más de mil millones de euros al año que factura la producción hortofrutícola que depende del trasvase. El agua del Tajo es irrenunciable y no se puede sustituir por la desalada, ocho veces más cara. En concreto, Alicante exporta todos los meses a Europa, norte de África e incluso Senegal toneladas de frutas y verduras, cereales, azúcar, café, cacao, carne, lácteos, huevos, carne, semillas y frutos oleaginosos, piensos y hasta tabaco, imposibles de producir sin el agua del Tajo. La facturación mensual de la exportaciones oscila entre los 85 y los 90 millones de euros. La UE sigue siendo el principal destino de la exportación de la provincia y de España, con el 82% del total. Alemania es principal país receptor, seguida de Francia, Reino Unido y Países Bajos, que registraron fuertes incrementos.

Movilización

Por otro lado, el presidente de la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, Francisco Pérez Torrecilla, reclamó ayer la población de la comarca que se movilice en la próxima manifestación contra los trasvases que tendrá lugar el último fin de semana de mayo, sábado o domingo, aún no está definido.

En todo caso, tiene claro que, a partir del trasvase este mayo de 7,5 hm3 «habrá que retorcer alguna ley o dar la vuelta a algún artículo, o ir al Consejo de Ministros para llevarse más agua al Segura, pero tendrán que justificarlo de alguna forma», subrayó. Torrecilla espera ahora cualquier «barbaridad», que atribuye al memorándum del agua. Para el también alcalde de Sacedón, está claro que pese a que «se pide, se solicita y se ruega, el Gobierno es como un muro con la zona cedente ya que en la cuenca cedente levantan la mano y al día siguiente tienen un decreto de Sequía con 40 millones de euros».

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