La historia de la isla está lógicamente vinculada con el mar tal como se puede comprobar en el Museo Nueva Tabarca, el referente cultural de la isla situado frente a la playa que a diario recibe la visita de decenas de escolares ávidos de oír historias de piratas aunque la realidad no sea tan romántica. De hecho, tal como señala el arqueólogo José Manuel Pérez Burgos, director del museo y del Centro de Educación Ambiental de Tabarca, la isla nunca estuvo habitada por piratas. «Como mucho, la usaron como escala para sus razias en Santa Pola» señala. En Tabarca se han encontrado restos romanos y medievales ya que desde el siglo IV se usó para faenas de pesca, pero la isla no se colonizó hasta 1770 con la llegada de unas 300 personas de origen genovés procedentes de la Tabarka tunecina cuyo censo figura en uno de los paneles del museo con los característicos apellidos de muchos de los actuales isleños: Chacopino, Parodi o Ruso entre otros.

En el museo se expone el patrimonio de la isla de forma integral en sus aspectos geográficos, geológicos, históricos, etnológicos y, evidentemente, biológicos