Dos de cada tres congresos científicos internacionales organizados este año por las universidades, centros de investigación y fundaciones, han visto denegada su solicitud de ayudas al Consell para poder llevarlos a cabo porque no cumplen con una presencia equilibrada de hombres y mujeres. Es la primera vez que esta convocatoria anual de ayudas para simposios y encuentros académicos internacionales incluye entre sus requisitos «una composición equilibrada en términos de género», tal y como contempla la orden publicada en diciembre del año pasado para la «promoción de la investigación científica».
La decisión del Consell ha provocado un significativo revuelo no exento de malestar en las universidades, al menos 115 entre un número aproximado de 150 peticiones. La Universidad de Valencia se lleva la palma con hasta 48 solicitudes desestimadas. En las de Alicante y Miguel Hernández de Elche se han denegado 14 y 13 peticiones respectivamente.
Imitación
«Es la primera vez que, solamente en la organización de congresos y seminarios, que entendemos que es una actividad de divulgación y difusión de la Ciencia, hemos requerido una representación equilibrada de hombres y mujeres, pero es lo mismo que sucede en los tribunales de tesis o en las comisiones de oposición a las plazas en las universidades», explica la directora general de Universidades, Josefina Bueno.
La responsable del Consell admite la sorpresa inicial de esta exigencia, por lo novedosa, pero insiste en que debería ser conocida por todos porque «es un requisito que aparece en la convocatoria, una representación equilibrada como en los tribunales de tesis en los que se nos obliga a ese equilibrio, a lo que nos vamos acostumbrando».
Sostiene que en el Consell «hemos querido hacer un pequeño esfuerzo para que, cuando vayamos a congresos científicos, encontremos una representación equilibrada de mujeres y hombres. Estoy segura de que se subsanará el año que viene» en el sentido de que los organizadores se preocuparán por cumplirlo.
La exigencia de la paridad se refiere tanto al comité científico, como al organizador y a la relación de los ponentes. El congreso de que se trate tiene que cumplir el equilibrio de hombres y mujeres en los tres apartados, por lo que la Dirección General de Universidades va a recibir una lluvia de alegaciones.
«Hemos sacado una lista de las personas que en principio no cumplen los requisitos, porque no podemos admitir al que no lo cumple, pero hay un periodo de legaciones», subraya, al tiempo que destaca que áreas con un 48% de mujeres han hecho el esfuerzo de cumplir «y hay que valorarlo».
Bueno sostiene que los propios rectores, tras su última reunión, «señalaron como preferencia la producción científica de las mujeres, y que hubiera más difusión para las actividades de las investigadoras. Y entendemos que incorporar ese requisito podía ayudar a mejorar esa presencia de investigadoras y de divulgadoras científicas, que muchas veces están en presencia minoritaria».
Sin embargo, en algunos de los casos en los que se ha denegado la ayuda del Consell se da la circunstancia de que la presencia mayoritaria es la de mujeres, y no de hombres. En concreto, el área de Derecho Civil en la Universidad Miguel Hernández la integran dos mujeres, por lo que no disponen de margen de maniobra para organizar un congreso de la especialidad con ese equilibrio en la organización.
