La Conselleria de Educación destina un presupuesto de 100.000 euros en becas para potenciar que las chicas cursen ciclos de Formación Profesional prácticamente copados por chicos y que «gozan de una buena inserción profesional». El departamento que dirige Vicent Marzà, en la línea del Plan de Igualdad de Oportunidades del Consell, persigue que las mujeres se incorporen en estudios en los que más del 90% del alumnado es masculino.

Los ciclos en los que se subvenciona a cada una de las alumnas que se matricule son los de Electricidad y Electrónica, Energía y Agua, Fabricación Mecánica, Instalación y Mantenimiento, y Transporte y Mantenimiento de Vehículos.

'Rara avis'

En la provincia de Alicante no hay ninguna chica matriculada en los ciclos superiores de Energía y Agua; tan solo un 2% en el de Mantenimiento de Vehículos; apenas un 3,21% en el de Electricidad; un 4,19% en el de Fabricación Mecánica y un 11,6% en el de Instalación. En todos ellos la variación de matrícula femenina con respecto a cursos anteriores ronda nada más el 1%, por lo que desde la dirección general de FP se hace hincapié en la apuesta «por la integración de la mujer en todas las etapas formativas a través de las subvenciones directas a las jóvenes».

Andrea Hernández es una de estas 'rara avis' en las aulas de FP del ciclo de Automoción y Robótica Industrial en el Instituto Cavanilles de Alicante. La única mujer en clase. «Al principio había otra chica pero lo dejó en el primer trimestre. También en Informática, que la cursé antes, había más chicos que chicas y las echas de menos», confiesa.

A Andrea le motivaron las clases sobre robótica de su profesor de Tecnología en el instituto: «Me parecieron superinteresantes. Creo que se pueden hacer grandes cosas a nivel industrial», señala entusiasmada.

Los profesores

El jefe de estudios de FP en el Cavanilles, Antonio Agulló, confirma que entre los 500 alumnos de primer curso en su centro hay solo siete chicas. «Vienen a apuntarse y acaban echándose atrás pese a que son formaciones muy viables para ellas, tanto la electricidad como las comunicaciones con informática o la robótica. Las que se deciden, tienen mucho mérito», subraya.

También apunta que «si hubiera mayor paridad, las clases se darían mejor. La aptitud en general de los chicos en ciclos medios es más inmadura cuando no hay presencia femenina».

La profesora de Electricidad María Ángeles Pomares destaca a su vez la escasa matrícula de chicas hasta el punto de que en los ocho años que lleva dando clase nunca ha tenido alumnas, «solo una en FP Básica», concreta. Se considera mañosa, le gusta el bricolaje electrónico y le encanta enseñar electricidad. De hecho, procede de la Ingeniería de Telecomunicaciones, la carrera que cursó en la Universidad. «Yo achaco la ausencia de chicas a un tema social y al desconocimiento, aunque está cambiando poco a poco. En el departamento de Electricidad nunca hubo mujeres y ahora somos cuatro, pero hay mucho prejuicio social y se nos educa en una dirección», sostiene.