El proceso para la implantación del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de Envases (SDDR) iniciado en Cataluña y seguido por los gobiernos autonómicos de Illes Balears y la Comunidad Valenciana, sufrió ayer un severo golpe tras la difusión del Estudio de Sostenibilidad sobre la introducción obligatoria del sistema en Cataluña elaborado por la Cátedra Unesco del Ciclo de Vida y Cambio Climático con sede en la Universitat Pompeu Fabra.

En contra de lo afirmado por algunas organizaciones ecologistas, partidos como EQUO -en el que milita el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro-, organizaciones sindicales, de recicladores, etc., la introducción del SDDR para envases de un solo uso «comportaría un incremento del impacto ambiental sobre el actual sistema de reciclado de envases, ya que conlleva procesos más contaminantes».

«Además supondría un mayor coste económico y tendría un impacto social relevante». En resumen, el estudio sostiene que el SDDR «no supone una mejora ambiental, ya que sus procesos son más contaminantes y comportaría un mayor perjuicio para factores clave como la lluvia ácida, el calentamiento global o la eutrofización» (exceso de nutrientes en el agua que agota sus niveles de oxígeno). Solo para el «agotamiento de recursos» el SDDR supondría una mejora del 5,8%.

Coste adicional

La implantación obligatoria del SDDR conllevaría un coste adicional de 100 euros al año por unidad familiar e implicaría que los ciudadanos dedicasen un 50 % más de espacio en sus hogares y seis veces más tiempo que con el sistema actual. Su implantación supondría incrementar en un 0,63 % la tasa de reciclaje de los residuos sólidos urbanos en Cataluña.

Entre las conclusiones, la Cátedra Unesco afirma que «la gran cantidad de recursos económicos y humanos que requeriría el cambio parece más recomendable dedicarlos a mejorar el sistema existente y mejorar la gestión de otros tipos de residuos más importantes en cantidad y problemática ambiental».

A favor del estudio cuenta también que no se ha limitado a comparar el sistema actual -contenedor amarillo- y el SDDR, sino también un escenario en el que convivirían ambos, tal como se ha sugerido por los defensores de este último.