¿Cómo se enteró del despido?

Estaba trabajando, como siempre, y me llamó mi jefa de servicio. Subí al despacho, donde también estaba mi concejal [Daniel Simón, de Cultura] y me encontré con el decreto sobre la mesa...

¿Y qué pasó en el despacho?

[Suspira] Había mucho dolor, no sabían cómo decírmelo. Me insistieron en que la decisión no había dependido de ellos, que habían hecho lo imposible para evitarla. Me quedé como estoy ahora, en estado de shock. No entiendo nada. Estoy hecha polvo.

¿Qué le dijo el edil Simón? Relacionó el despido a su vinculación familiar con Barcala?

No hizo falta que lo dijera, que lo dijo. Si no es por una cuestión política, ¿por qué me echan a mí? Es blanco y en botella. No podía ser por otras cosas porque las razones que recoge el decreto no son de recibo. Además, dice que se crearon unas plazas para poner en marcha Las Cigarreras y el MACA, y que yo fui seleccionada a través del Servef, y eso es incierto. Yo, como el resto, lo hicimos por una convocatoria pública, con igualdad de condiciones. Todo fue limpio y transparente. Me presenté a dos plazas y saqué la segunda mejor nota de los que nos presentamos en la plaza de técnico de museos. Fue en 2010.

¿Entonces usted no estaba en el Ayuntamiento por ser la cuñada de Luis Barcala

No. Cuando yo entré en el Ayuntamiento, él no era concejal. Yo no entré por mi cuñado, la gente que piense lo que quiera. Yo soy licenciada en Historia del Arte, tengo dos másteres, tres cursos de Derecho, hablo inglés y francés. Y ahora estaba aprendiendo valenciano, pero evidentemente lo voy a dejar. Toda la vida he trabajado en el sector del arte y el turismo.

Dice el decreto que su despido se debe a que ya ha finalizado el motivo por el que se le contrató: la preparación de la apertura del MACA y de las Cigarreras.

Eso es una tontería. En ese momento se crearon las plazas porque se abrían esos nuevos equipamientos. Pero ahora hace falta personal para que funcionen, para llevar la gestión. Yo he estado dirigiendo Las Cigarreras hasta que, tras las últimas elecciones, el concejal Daniel Simón tiene otra idea, que a mí me pareció muy bien. Me propuso otro reto: dirigir la Lonja y el Centro Municipal de las Artes. Estaba encantada, porque me gusta poner en marcha proyectos. Para mí fue un premio, me puso un bombón. Mi concejal confió en mí desde el primer momento y eso que él sabía quién era yo... Cuando se trabaja hay que mirar la valía profesional. No tengo nada que reprocharle. Al revés, solo tengo agradecimiento.

¿Qué le dijo Barcala cuando se enteró de su despido?

¡Qué me va a decir! Me dijo que los dos sabíamos por qué era, que el alcalde quería ir contra él...

¿Cree que es una venganza por llevar al alcalde a Fiscalía?

Sí, lo ha sido. No me quiero meter en asuntos políticos, porque me quiero dedicar a mi trabajo, pero he sido víctima de la política del alcalde. La lucha política tendría que ser entre adversarios que estén al mismo nivel, entre iguales. No se tiene que ir a por los familiares. Yo no he prevaricado, ni he falseado documentos, ni se me echa porque sea una mala profesional o porque falte al trabajo... Se me echa a los dos días de que el PP lleve a Fiscalía al alcalde.

Personalmente, ¿en qué situación se queda tras su salida?

Yo estoy divorciada desde hace siete años y mis dos hijos, que son universitarios, dependen de mis ingresos... El teléfono me arde desde este jueves. Me reconforta mucho, aunque no da de comer, ver la cantidad de gente que me ha apoyado de forma sincera.

Manifestó ayer el alcalde que su despido ha sido el primero de entre la personas que no han entrado al Ayuntamiento a través de un proceso selectivo. ¿Cómo valora estas palabras?

Se puede mirar el expediente. Hubo un proceso de selección, con exámenes, con tribunal...

¿Cuáles fueron esas pruebas?

El primer examen fue un test y luego una pregunta de desarrollo, que hubo que leer. Era una bolsa de trabajo temporal, con una contratación como funcionario interino. ¿Y ahora ya no hacen falta técnicos de museos? Los que entraron conmigo siguen trabajando. Según el decreto, la que no hace falta soy yo. Si el concejal me hubiera apartado y no hiciera nada, pues todavía, pero no. Nosotros estamos haciendo el trabajo por tres personas y no nos quejamos porque creemos en el proyecto. Estoy enamorada de mi trabajo y siempre doy el mil por mil.

Su cuñado Barcala aseguró ayer que Echávarri no merece ser alcalde. ¿Está de acuerdo?

[Piensa] Me voy a abstener de contestar, lo diré dentro de dos años cuando tenga que votar.

Si se encontrase al alcalde por la calle, en un acto, ¿qué le diría?

No le diría nada, no me voy a poner a su altura. Él creo que sí tendría que decirme algo.

¿Y al concejal Daniel Simón?

Le daría las gracias por el apoyo. Me ha valorado como Cati Rodríguez, no como nada más. Y mi agradecimiento también a Luis Barcala, él sabe que le adoro.

¿Dará guerra por su despido?

Llegaré hasta el final, se me ha tirado de una manera injusta. Lucharé por mi trabajo y dignidad.