El alicantino Félix García Lozano, de 44 años, se ha convertido en el primer laico en asumir la secretaría general de la Diócesis de Ávila, hasta donde se trasladó hace tres años junto a su familia ya que es padre de una niña. Como nuevo canciller, García Lozano se encarga de dar fe a todos los documentos que entran y salen del Obispado abulense, de custodiar el archivo vivo de la Diócesis y de levantar acta de cualquier acto oficial de la unidad eclesiástica.

El nuevo canciller llegó a la ciudad castellano-leonesa de la mano de Jesús García Burillo, obispo de Ávila desde 2003 y que con anterioridad fue obispo auxiliar en la Diócesis de Orihuela-Alicante durante cinco años, desde 1998, año en que recibió la ordenación episcopal. «Fue él quien nos ofreció la posibilidad de venir a Ávila al ver una necesidad de poder colaborar. Lo pensamos y decidimos trasladarnos», explica García Lozano.

Porque en su caso, se marchó con toda la familia. Allí reside con su esposa y su niña de tres años. «No es lo normal que un laico se convierta en canciller-secretario general de un Obispado pero a la vez se va normalizando. Tampoco soy el único que hay en España aunque lo habitual dentro de la organización eclesiástica es que este cargo lo ocupe un clérigo».

Sin embargo, el código de Derecho Canónico no precisa que deba ser un sacerdote el que desempeñe ese puesto, lo mismo que ocurre con el cargo de ecónomo, aunque ambas ocupaciones sean encomendadas tradicionalmente a cargos eclesiásticos.

«Poco a poco estos cargos se van abriendo a personas como yo, laicos y padres de familia, que con la preparación oportuna podemos desempeñar esta labor perfectamente», explica el canciller.

García Lozano es licenciado en Ciencias de la Religión por el Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Pablo de Alicante, así como máster en Doctrina Social de la Iglesia por la Universidad Pontificia de Salamanca y máster en Secretariado de Dirección. En la actualidad estudia Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Antes de recalar en Ávila, fue durante 15 años secretario de la Vicaría General en el obispado de la Diócesis de Orihuela-Alicante y profesor de Doctrina Social de la Iglesia en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Pablo. En los últimos cuatro años de aquella etapa fue designado vicecanciller-vicesecretario del Obispado de Alicante.

Ya en la ciudad abulense, y tras aceptar la propuesta de Jesús García-Burillo, continuó desempeñando ese mismo cargo del que ya tenía experiencia y este mismo año ya ha tomad0 por fin el testigo del canónigo de la Catedral de Ávila Miguel García Yuste, quien desempeñaba estas funciones desde hace unas dos décadas. Le ha nombrado oficialmente el obispo García-Burillo.

Asegura el nuevo canciller del Obispado de Ávila que tanto él como su familia se han adaptado muy bien a su nuevo destino y que no se plantean, al menos de momento, regresar a Alicante.

«Ahora es el sitio en el que estamos y más adelante, Dios dirá. Igual que vinimos a Ávila, podemos volver a Alicante algún día, Dios sabe. Lo que Él quiera y por donde nos vaya llevando. Estamos abiertos a lo que la Iglesia nos pida. Aquí nos han acogido muy bien, sentimos esta Iglesia diocesana como la nuestra. Tenemos una vinculación afectiva muy grande con el obispo de Ávila, y mientras Jesús García-Burillo siga depositando su confianza en nosotros, estaremos encantados de continuar aquí».

En Ávila Félix García tiene predilección por la iglesia de la Santa, construida en el solar que albergaba la casa natal de Santa Teresa de Jesús, donde hay un monumento que se inauguró el pasado verano y que es ya una auténtica atracción turística.

De acuerdo con la legislación eclesiástica el canciller-secretario es el responsable de la Secretaría General del Obispado. Entre sus funciones propias destacan la de jefe del registro general, notario de la Curia, responsable del archivo diocesano, secretario-actuario de los actos y consejos oficiales, agente de preces y director de la oficina de estadística, según informa la Diócesis Orihuela-Alicante.

Asimismo, los cancilleres se encargan de custodiar el archivo vivo, es decir, aquellos que están en constante actualización.