"Le invitamos a una copa de vino y a una tapa de jamón sólo por contestar a esta pregunta: ¿Desea que el Santísima Trinidad siga en Alicante?". La empresa responsables de la réplica del navío, amarrado en el puerto de Alicante desde el verano de 2011, ha iniciado una campaña para recabar el apoyo de alicantinos y turistas (el citado cartel también está escrito en inglés) para defender la continuidad del barco en la ciudad después de que la Autoridad Portuaria haya decidido no renovar la concesión que expiró a final de 2016 tras una inspección de Capitanía que recomienda su reparación en tierra.

Los carteles se pueden ver colgados en palmeras y columnas ubicadas en el entorno del barco, que todavía está en el puerto de Alicante. Además de los citados textos, en los accesos al barco se puede ver otro cartel que informa de la situación actual de la instalación: "Cerrada por la administración".

Como ya adelantó este diario, la Autoridad Portuaria de Alicante ha instado a la empresa que gestiona la réplica del Santísima Trinidad a que abandone el muelle 4 del puerto tras denegarle la ampliación de la concesión que se venía renovando mes a mes tras caducar en diciembre del año pasado. La réplica está en Alicante desde 2011, cuando llegó remolcada de Málaga para convertirse en uno de los atractivos de la zona de ocio al contar con un museo y un restaurante. En la actualidad, el alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, sin competencias en el asunto, se ha mostrado contrario a la continuidad del barco en la ciudad. Tampoco está a favor de su continuidad el sector hotelero.

La actual empresa, que había realizado obras en el interior del navío para reabrir ahora su interior con un gastrobar, se ha encontrado con el "no" de la administración portuaria ante el estado de la embarcación. La firme decisión del Puerto se apoya en una inspección de Capitanía Marítima, que concluyó que el casco debe someterse a una reparación en dique seco tras no superar la última inspección.

En un principio, el Puerto estaba dispuesto a ampliar la concesión hasta 2018 siempre que el casco de la réplica del barco hubiera superado la inspección submarina. Sin embargo, los buzos detectaron una fuga de agua y el informe concluyó que el casco debe ser reparado en tierra.

El original Santísima Trinidad fue durante sus 36 años de vida el buque insignia de la Armada en el siglo XVIII. Dotado de 112 cañones, el navío era el más grande de la época. Combatió en todas las batallas españolas desde 1769 hasta su final en Trafalgar, en 1805, donde acabó hundido.