Recibió la última llamada hace diez años, el mismo tiempo que hace que no sabe nada de ella. Desde aquél 2007, el paradero de su madre es su inquietud diaria. Ahora, con un pequeño bajo el brazo, tiene más ganas que nunca de poder verla de nuevo.

La historia de esta joven es solo uno de los casos que llegan pidiendo ayuda a Cruz Roja en Alicante. Cada año, cientos de miles de personas pierden el contacto con sus familiares a raíz de conflictos, catástrofes o como resultado de las migraciones. Las familias que sufren la separación de su núcleo familiar, ven un respiro en esta organización cuando son conscientes de que la red internacional de que disponen puede ser el eje de un reencuentro.

El programa «Restablecimiento del contacto entre familiares» es el que se encarga de gestionar todas las peticiones de búsqueda. En él están involucrados el Comité Internacional, la Federación Internacional, la Media Luna Roja y las Sociedades Nacionales de Cruz Roja. Fue creado en 1870 debido a la necesidad de conseguir que los heridos en conflictos armados pudieran volver a ver a sus parientes, y desde entonces y hasta ahora no ha dejado de funcionar.

Una persona ha perdido el contacto con su familia. Tiene escasa información y no consigue resolver la incógnita del lugar en el que se encuentran. Acude a Cruz Roja, donde facilitan todos los datos que puedan ser útiles y reciben una garantía de confidencialidad y respeto a la intimidad con independencia de la situación legal en la que se encuentren en España.

«En algunas ocasiones llega a la sede alguien que quiere buscar a una persona en otro país. En ese caso rellena un documento que enviamos a la Sociedad Internacional de Cruz Roja del estado en el que se vaya a realizar la búsqueda. En otros ocasiones nos llega la petición a nosotros y tenemos que investigar, entendiendo que la persona en cuestión se encuentra en nuestra provincia», cuenta José Ramón Samper, técnico responsable del proyecto en Alicante.

En el segundo caso, cuando es Samper quien inicia la búsqueda, no resulta sencillo dar con el objetivo a identificar. «La búsqueda es de lo más variopinta: quizás tienes que ir al registro civil o ir a buscar casa por casa a la persona indicada», explica Samper.

Una vez se encuentra a la persona indicada le explican el caso, le cuentan lo que pasó, por qué le están buscando y le preguntan si está de acuerdo en reestablecer el contacto o si prefiere, por el contrario, mantener su derecho al anonimato.

Casos

El primer caso que atendió Samper fue el de una chica que estaba viviendo en Inglaterra y buscaba a su padre biológico. La historia era que su madre, que era inglesa, vino a estudiar en los sesenta a Barcelona, donde conoció a un joven que era de Alicante. Tuvieron un romance y nació una niña. Ella tenía que volver a su país, perdieron el contacto y él se desentendió.

Esa niña ha crecido y ahora quiere conocer a su padre. «Envió la petición y nos llegó, pero lo único que teníamos era nombre y apellidos. Era un nombre muy común, así que, con la guía de teléfonos, localizamos a todas las personas que se llamaban así y les escribimos una carta contándoles la situación, evidentemente sin revelar los datos», cuenta el técnico.

Al cabo de unas semanas recibieron la contestación de una señora: «Hola, he recibido vuestra carta y tengo información sobre lo que ustedes están buscando». Citaron a la mujer, que acudió a la sede acompañada de un hombre. «Llegó y dijo: 'mira, éste es el señor que estáis buscando', comprobamos los datos y cuando vimos que era él le explicamos el caso y le preguntamos si quería reestablecer el contacto. Aunque en esta ocasión, el señor, muy amable, prefirió no hacerlo», cuenta Samper. Tras informar de la decisión del hombre a la Cruz Roja Británica, la chica no desistió y pidió por favor que le hicieran llegar una carta manuscrita. La oficina provincial de Cruz Roja lo hizo, pero otra vez decidió mantenerse al margen.

No siempre el «no» es la respuesta con la que se encuentran. Entre muchos otros, está el caso de una chica que vivía en un asentamiento en la zona de Guardamar y que presentaba un mal estado de salud. «No solo se consiguió ponerle en contacto con sus familiares, si no que se hicieron todos los trámites para que pudiera llegar a su país de origen. Le acompañamos hasta al aeropuerto», explica Lidia Ramos, responsable de Cooperación Internacional de Cruz Roja en Alicante.

Dentro del programa de restablecimiento del contacto entre familiares interviene, cuando es preciso, el trabajo internacional de Servicios Sociales (ISS), creado en el contexto de las migraciones europeas durante la Segunda Guerra Mundial para actuar conforme a las necesidades de las familias separadas.

Servicios sociales

Esta herramienta ha sido utilizada, por ejemplo, en el caso de la petición de una mujer ecuatoguineana que residía junto a su marido en España y que solicitaba que a la hija de su hermano, que estaba muy enferma y no se le podía intervenir en Guinea Ecuatorial, se le pudiera trasladar a España. O también en el caso de una mujer que pedía que su hija española, que vivía desde hace cuatro años junto a su pareja en Colombia de manera ilegal, pudiera volver ahora con sus dos hijos tras una ruptura sentimental.

«Hay muchos casos de personas que vienen a España, las cosas no les salen bien y se encuentran en la calle. En algunas ocasiones entran en círculos de alcoholismo o prostitución y van perdiendo progresivamente el contacto con sus familiares», explica Lidia Ramos, que cuenta, a modo de ejemplo, un caso en el que se consiguió que «un hombre sin hogar que estaba enfermo y siendo acogido por una asociación, restableciera el contacto con sus hijos, que vivían en Ecuador, y con su hermano, residente en EEUU».

Aún hay más. La era tecnológica ha abierto un modo de búsqueda en red. Bajo el nombre «Trace the face - migrantes en Europa», se encuentran en una página web imágenes de multitud de personas que escriben, al costado de su cara, un «busco a...» seguido del familiar pertinente. «Este modo de búsqueda es para personas que ya están en Europa, y ahora se encuentra muy activo con el asunto de los refugiados», apunta Ramos.

La importancia de saber qué es de la vida de los que llevan tu sangre ocupa un papel primordial en las preocupaciones personales. El momento de un teléfono que descuelga un «hola» que no se escuchaba desde hace tiempo o un remitente nuevo que trae a alguien que estuvo siempre, hacen que el papel que ocupa Cruz Roja gracias a su red internacional se haya convertido en una necesidad fundamental.