Que Miguel López vuelva a la cárcel o, de no ser así, que se le prohiba transitar por las inmediaciones de la vivienda de su cuñado Vicente Sala y entrar y salir por la misma puerta que lo hace él, su mujer y sus hijos dado que la finca familiar dispone de tres accesos. Y que le impida también acercarse a menos de 300 metros de los trabajadores de Novocar, incluido quien fuera jefe de taller y hoy desvinculado laboralmente de este negocio, al persistir el riesgo de que pudieran ser coaccionados por el principal sospechoso de la muerte de María del Carmen Martínez, su suegra.

Éste es el planteamiento que ha hecho llegar al magistrado José Luis de la Fuente el abogado del hijo mayor de la víctima, una de las dos acusaciones particulares personadas en este proceso, en el recurso en el que se opone a la prisión eludible bajo fianza de 150.000 euros que el juez decretó hace una semana y por la que Miguel López ha podido abandonar la prisión de Fontcalent tras pasar allí 39 días.

El representante legal de Vicente Sala defiende que en nada han cambiado las circunstancias por las que el instructor decretó la prisión para el detenido por el asesinato de la viuda del expresidente de la CAM («todas las declaraciones realizadas durante la investigación policial han sido ratificadas», precisa) por lo que tampoco tiene sentido variar la decisión adoptada el pasado 10 de febrero, tras su primera declaración en sede judicial, de mandarlo a Fontcalent, y ratificada una semana después, de mantenerlo entre rejas sin fianza.

En el escrito se sostiene que persiste el riesgo de fuga por la gravedad del delito y la elevada pena a la que pudiera ser condenado (alrededor de 28 años) además de disponer de medios para hacerlo tanto por los suyos propios como por el incondicional apoyo de su mujer y sus otras dos cuñadas (las otras tres hijas de la víctima) que hace que sus «posibilidades económicas se multipliquen exponencialmente».

El abogado argumenta que existen «motivos bastantes· para creer responsable del crimen al investigado» y que «no habiendo variado las circunstancias legales (...) no parece admisible que, con los mismos presupuestos, se adopte una decisión diametralmente opuesta a la inicial», por la de permitirle abandonar la cárcel previo pago del aval, la retirada del pasaporte y la prohibición de salir del país y de acercarse a Novocar.

Para esta parte, además, continúa el riesgo de que Miguel López pueda coaccionar a los principales testigos, todos dependientes laboralmente de él excepto el jefe de taller, del que también se pide el alejamiento de 300 metros. Y recuerda la importancia que estos testimonios tienen en un procedimiento por jurado, donde las declaraciones prestadas hasta ahora no tienen necesariamente que llegar a los miembros del tribunal popular, por lo que «resulta de vital importancia proteger las fuentes de prueba», apostilla.

En base a estos argumentos (en conjunto o por separado) el letrado de Vicente Sala pide al magistrado que «se replantee una decisión (la libertad del investigado) cuyos efectos sobre el proceso y sobre la vida cotidiana de algunas de las víctimas puede ser letal».

De no modificarse esta situación, y al margen del alejamiento de los trabajadores de Novocar, el abogado plantea la necesidad de adoptar «medidas dirigidas directamente a la protección» de su cliente, quien tiene su residencia familiar en la misma finca que el sospechoso, «lo que en el desenvolvimiento de la vida cotidiana (si no se adoptan medidas que lo impidan) hará inevitable la coincidencia física entre el investigado y la víctima y sus familiares, con los riesgos potenciales que de ello se derivan».

Perímetro de exclusión

En aras a la protección de su cliente y su familia pide que «se delimite un perímetro de exclusión» (se adjunta un plano) en torno a la vivienda de Vicente Sala donde su cuñado «tenga cautelarmente prohibido entrar, acudir o transitar». Una restricción a la que se suma también la petición al juez de que «se imponga cautelarmente» al sospechoso «la prohibición de acceder (entrar o salir) a la finca familiar» por la puerta más próxima a la residencia que el primogénito de María del Carmen comparte con su mujer y sus hijos. La finca tiene otros dos accesos.