Sanidad ofrece un tratamiento pionero a niños víctimas de bullying para evitar secuelas

Una idea totalmente pionera en España que nació a iniciativa de Cayetana García y Eva Martín, psicólogas especialistas en Psicología Clínica en esta unidad.«Nos dimos cuenta de que hasta nuestras consultas llegaban adolescentes con otros problemas psicológicos problemas psicológicosque nos decían que de pequeños habían sufrido acoso escolar».

Y es que, en aquellos casos en los que estos episodios no se manejen adecuadamente, pueden derivar en problemas de depresión, fobia y agresividad en la adolescencia o en la etapa adulta. En este sentido, las especialistas apuntan al papel esencial que juega el colegio a la hora de atajar estos casos. «El acoso escolar se debe manejar en el colegio, es el que debe alejar al alumno del foco de conflicto». El papel de los padres también es fundamental. «A veces se les protege demasiado, por lo que el niño se revictimiza, o les dan consejos poco adecuados, como que responda a las agresiones pegando». Si estos dos pilares -familia y escuela- fallan, los problemas psicológicos derivados del acoso escolar corren el riesgo de hacerse crónicos. Una herida que, según explican García y Martín, «afecta a la forma en la que los niños se relacionan con los demás. Se pueden revictimizar y aunque el problema se solucione, lo vuelven a revivir».

En los talleres del centro de salud Cabo Huertas participan una decena de niños de 8 a 11 años, una edad muy complicada, «por que es a partir de 7-8 años cuando el niño sale del espacio de la familia y busca la identificación en los demás». Por eso marca tanto un episodio de acoso escolar a estas edades.

Mediante juegos, Cayetana García y Eva Martín ayudan a los niños a recuperar las relaciones con otros menores. También se les forma «en el manejo de las emociones, en las suyas y en las de los otros, para que no hagan siempre atribuciones negativas». Los padres también participan en esta intervención. A ellos se les dan herramientas para ayudar a sus hijos y no fomentar una sensación de victimismo. También se les ayuda a distinguir entre situaciones de acoso escolar de otras que no llegan a serlo, aunque causen malestar en el niño. «El bullying es algo mantenido en el tiempo, que le machaquen continuamente».

Aunque la intervención ha comenzado con alumnos de Primaria, las psicólogas que la imparten esperan ampliarla en breve a Secundaria, dado los buenos resultados que están obteniendo tras unas primeras semanas de rodaje. «Es sorprendente las ganas con las que vienen de hablar sobre lo que les ha ocurrido. En este espacio comparten su experiencia y ven que hay otros niños en la misma situación que ellos».

La sensación de humillación y vergüenza hace que las víctimas de acoso escolar tarden una media de dos o tres años en contar a su familia el calvario que están viviendo. Y es que la magnitud del acoso escolar ha cambiado sustancialmente en los últimos años. Las agresiones se graban con un teléfono móvil y a los pocos minutos las pueden ver miles de personas y los insultos en las redes sociales hacen que la víctima de acoso sienta una mayor sensación de vergüenza, que no cesa cuando se marcha del colegio. «Todo se ha sobredimensionado porque ahora hay más testigos de esas agresiones o humillaciones», afirman Cayetana García y Eva Martín.

En la provincia, entre un 1.1% y un 6,1% de los alumnos de ESO, según los institutos, asegura sufrir ciberbullying moderado o severo lo que en la práctica supone que alrededor de 2.500 adolescentes sufren llamadas anónimas, mensajes ofensivos o insultantes, propagación de rumores y chantaje de forma habitual a través de llamadas y mensajes.

El último informe sobre el acoso escolar en los centros educativos de la Comunidad encargado por el Síndic de Greuges para, a partir de los resultados, elaborar sus propias recomendaciones a las consellerias implicadas, revela que el 25% de los casos de acoso escolar, uno de cada cuatro, se lleva a cabo a través de las nuevas tecnologías.