El jefe del taller de Novocar era la persona que tenía que haber entregado el coche a María del Carmen Martínez el día que la mataron de dos disparos en la cabeza. Esto es lo que éste declaró ante el juez que investiga el asesinato de la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala pero señaló que se desentendió cuando Miguel López le dijo la mañana de aquel viernes 9 de diciembre que se iba a encargar personalmente de hacerlo. Israel Fernández se cogió la baja el lunes y ya no volvió a la empresa. A los dos días de la detención de Miguel López, se marchó de la empresa. El sospechoso ha quedado en libertad bajo fianza esta semana tras pagar 150.000 euros.

En su declaración ante el juez, Israel Fernández señaló que la semana del crimen María del Carmen Martínez fue a Novocar a recoger varios vehículos. Según el encargado del taller, su compañero del lavadero, Herminio Fuentes, le contó que Miguel se había empeñado en que metiera el coche de María del Carmen dentro del lavadero para su entrega. El pretexto era que hubo un problema con un coche que la víctima dijo que estaba sucio .

Según este testigo, comentaron que lo dejara, que eso eran «paraonias» e «historias» del jefe. Israel aseguró que ese coche lo lavaron hasta dos veces y que tuvo mucho tránsito ese día. La Policia sostiene que la entrega del vehículo se hizo en el lavadero porque el presunto asesino quería asegurse de pegar los tiros a María del Carmen en el lugar más oscuro de la empresa.

El encargado del taller aseguró que el día del asesinato, el 9 de diciembre, el vehículo de la víctima se había quedado reparado por la mañana y que Miguel le dijo que él se encargaría de entregársalo a su suegra cuando viniera a por él, pese a que éste nunca prestaba atención a las cosas del taller. El testigo no vio al sospechoso coger las llaves del Cayenne, pero dio por supuesto que las tenía, declaró. Según manifestó, las entregas se hacían siempre en el aparcamiento. Ocasionalmente, una vez el coche de María del Carmen estaba aparcado dentro del taller e Israel se lo sacó directamente para que se lo llevara.

La tarde del crimen, el testigo aseguró que oyó desde el taller la voz de María del Carmen Martínez al llegar, pero no salió a recibirla porque el yerno ya le había dicho que él se encargaba de atenderla esa mañana, aunque señaló que no escuchó a Miguel hablar con ella. Minutos más tarde salió al departamento de recambios y fue allí donde coincidió con Miguel López, a quien le preguntó si su suegra se había marchado ya. Ambos se asomaron a distancia a comprobar si estaba el coche. La Policía sostiene que en ese trayecto el sospechoso desvió al testigo para que no se acercara a la escena del crimen aún. Israel señaló que la luz del lavadero estaba apagada pero que vieron la silueta de la mujer en el vehículo y supuso que estaría hablando por teléfono. Cada uno siguió después su camino, Miguel a su casa e Israel al taller.

Momentos después, llegó Herminio alertando de que había una persona ensangrentada en el lavadero. Israel Fernández sostuvo que desde la primera llamada a su jefe dijo que a su suegra la habían disparado y que había casquillos.