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Enrique Martínez-García: «Mantener la relación entre España y Reino Unido va a ser crucial para Alicante»

Este noveldense con una trayectoria académica brillante lleva quince años asesorando a la Reserva Federal de Dallas y estudia cómo predecir las burbujas inmobiliarias

«Mantener la relación entre España y Reino Unido va a ser crucial para Alicante»

Tras casi 20 años residiendo en EE UU, ¿cómo ha recibido la noticia de ser premiado por el Consejo Social de la Universidad de Alicante

Ha sido toda una sorpresa y me he alegrado mucho. Guardo muy buenos recuerdos de la Universidad de Alicante y mantengo el contacto con gente. La verdad es que el hecho de recibir un reconocimiento del lugar en el que empezaste es un honor.

¿Cómo ha acabado un noveldense licenciado en la Universidad de Alicante asesorando al Banco de la Reserva Federal

Pues es una carrera de obstáculos. La verdad es que yo no tenía pensado ir más allá de licenciarme en Económicas y buscar trabajo cerca de casa, pero me lancé por consejo de varios profesores de la Universidad, en particular de Fernando Vega, Antonio Villar, Carmen Herrero e Iñigo Iturbe. Ellos me recomendaron que siguiera estudiando y me fui a EE UU. Me doctoré en Economía por la Universidad de Wisconsin tras hacer un máster en la Universidad de Pensilvania. Así tuve contacto con el mundo académico y de los Bancos Centrales y tuve un periodo de aprendizaje en el Banco de Inglaterra que me abrió puertas para optar a un puesto en un departamento de investigación. La verdad es que el fin de mi doctorado coincidió con una nueva iniciativa del Banco de la Reserva Federal de Dallas que quería estudiar cómo afecta lo que ocurre en el resto del mundo a la política monetaria norteamericana. Sacaron un puesto y me contrataron. De esto hace ya quince años y la verdad es que lo estoy disfrutando, es muy interesante el trabajo aquí.

La Reserva Federal de Dallas ¿está integrada en la Reserva Federal de Estados Unidos o funciona de forma autónoma?

Una analogía sería el Banco Central Europeo y el Banco de España. La Reserva Federal de Dallas sería como el Banco de España. Cuando se creó la Reserva Federal se dividió el país en doce distritos y la de Dallas cubre Texas, parte de Louisiana y de Nuevo Mexico. Es una de las más extensas del país y junto con la de San Francisco es donde la presencia hispana es más fuerte, por eso nuestra relación con Latinoamérica es muy importante. Además, este año al gobernador de la Reserva Federal de Dallas le corresponde un sitio con voz y voto en la Reserva Federal de Estados Unidos, que es algo que ocurre cada tres años y precisamente ahora estamos preparando la reunión sobre los tipos de interés. (Esta semana la Reserva decidió subir un 0,25% los tipos).

¿Cuál es su labor allí?

Estoy en dos áreas. Soy asesor de política monetaria para el presidente de la Reserva Federal de Dallas en temas internacionales, en particular prestamos mucha atención a China y a Europa. Y, por otra parte, formo parte de un departamento de investigación que tiene un componente más académico. Su objetivo último es desarrollar nuevas ideas, métodos y perspectivas de la mejor manera de conducir la política monetaria en un mundo cambiante. En concreto trabajo en áreas de vivienda, de incertidumbre y de cómo perciben los agentes económicos la política monetaria para ver cómo afecta ésta a sus decisiones.

Como especialista en vivienda, ¿cree que se pueden prever las burbujas inmobiliarias?

Es un tema complejo que aún provoca un gran debate interno en los bancos centrales. La tendencia que está más posicionada sugiere que este tipo de fenómenos como la creación de una burbuja financiera ya sea en vivienda o en otro campo es muy difícil de predecir y lo único que se puede hacer es limpiar el daño una vez ya producido y diseñar políticas que minimicen el impacto cuando ocurra. En Dallas tenemos una visión más optimista, pensamos que es posible ser proactivo y diseñar políticas que limiten la posibilidad de que se produzcan y diseñar indicadores que permitan ver si algo no funciona bien, detectar si se produce una desconexión entre los fundamentos del mercado y los precios. Precisamente estamos trabajando en ello con la Universidad de Lancaster para Estados Unidos y otros 23 países, incluido España.

¿Existe algún peligro actualmente?

Ahora mismo no existe el mismo nivel de deuda en el mercado que había entre 2006 y 2008, pero hay países en los que la situación merece una mayor atención, Canadá y Suiza. En ambos el mercado inmobiliario se comporta de una manera que parece inconsistente.

¿Y en España?

Todavía existen problemas subyacentes con los que la economía española tendrá que lidiar. Sigue habiendo un stock muy grande que retrae la oferta, pero hemos pasado lo peor. La economía española ha mostrado un patrón de comportamiento sorprendente desde 2013 después de una crisis muy dura. En términos de renta per cápita casi se han recuperado los niveles anteriores a la recesión mientras Italia sigue un 10% por debajo. Algo fundamental ha cambiado en España y las cosas empiezan a moverse en la dirección correcta. La macroeconomía ha mejorado muchísimo y si las autoridades consiguen consolidarlo y expandirlo los beneficios de la recuperación llegarán a más gente. Es más fácil decirlo que hacerlo pero estamos en mejor posición.

¿Cuándo llegarán esas mejoras a la microeconomía?

Dependerá mucho de cómo se hagan las cosas de ahora en adelante, pero ya existe la posibilidad de que la mejora empiece a notarse en la microeconomía. El medio plazo es importante y ahí un factor clave es la educación. Las ganancias de los últimos años se deben en parte al comportamiento beneficioso para España de la econonomía internacional como la bajada del precio del petróleo, pero hay que pensar en una fuerza laboral competitiva para el futuro. En un plazo más inmediato la gente no percibe hasta qué punto somos dependientes de lo que ocurre en otros países. Los bajos tipos de interés limitan la capacidad inversora de las empresas y así no se conseguirá crear más empleo. La política más eficaz es aquella que promueve la inversión.

¿Y a nivel interno?

Los factores internos también son muy importantes, principalmente el problema de Cataluña y la salida del Reino Unido de la Unión Europea que nos va a afectar muchísimo. En Alicante no hace falta ni decirlo con la cantidad de británicos que nos visitan buscando nuestra playa y nuestra comida. Mantener la relación entre España y Reino Unido va a ser crucial.

Al otro lado del Atlántico con Trump en el gobierno se vislumbran políticas proteccionistas, ¿cómo se materializarán?

La retórica está ahí, pero no sabemos aún mucho sobre los detalles de cómo se llevará a cabo ese proteccionismo o si realmente se va a llevar a cabo. Una de las teorías más optimistas de las que circulan es que toda esta retórica dura y proteccionista no es más que una demostración de fuerza de la administración con la que se pretende conseguir mejores tratos comerciales para Estados Unidos sin tener que recurrir a una guerra de tarifas o una guerra comercial. Va a depender mucho de la voluntad del presidente y de las personas que formen esta nueva administración. También está el tema de que el Partido Republicano en el Congreso y en el Senado tiene su propia visión sobre lo que debería ser la política económica de Estados Unidos y no siempre coincide con la visión de la administración de Trump. Así que habrá que ver cómo concilian posturas.

¿Qué medidas esperan de la administración Trump?

El último informe del FMI sobre el estado económico de Estados Unidos preveía que la nueva administración probablemente implemente un programa de estímulo fiscal que podría ser bueno porque permitiría crecer. El caso es que siempre es posible encontrar medidas que por sí solas sean beneficiosas pero el problema es determinar el impacto real de un conjunto de medidas en la economía norteamericana y mundial. Y la mayor parte de los economistas sostienen que la política económica y fiscal de la nueva administración podrían tener el efecto contrario y terminar perjudicando a Estados Unidos y al resto del mundo.

¿En la Reserva Federal han notado ya algún cambio?

Prestamos mucha atención a las expectativas de los agentes privados, bancos de inversión o empresas especializadas en predicción, que es un grupo muy amplio. Buscamos si se han producido cambios en la percepción de estos actores privados como consecuencia de los anuncios en Estados Unidos. Y lo que sí se ha incrementado significativamente es la incertidumbre. El mundo se ha vuelto más incierto desde noviembre del año pasado.

Y siempre se dice que la incertidumbre es el peor enemigo de la economía.

La incertidumbre es mala si se mantiene en el tiempo porque efectivamente redundaría en una reducción de la inversión. Si no se invierte en nueva producción perjudicará al empleo y también se daría esta situación en el consumidor. Sería más precavido hacer inversiones a corto plazo y antes de arriesgarse a contratar una hipoteca quizá el posible comprador espere a ver qué ocurre. Estas complicaciones no serán determinantes, pero en el caso de España contribuirán a hacer más complicada la transición de los buenos datos de la macro a la microeconomía de la que hablábamos.

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