El Ayuntamiento descarta que se tengan que hacer nuevas infraestructuras para evitar más inundaciones en la Playa de San Juan al considerar que las canalizaciones subterráneas que el Consell sufragó en el marco del plan antirriadas tras las fuertes lluvias de 1997, que se cobraron cuatro víctimas mortales y 235 heridos, funcionaron este lunes de una forma «ejemplar» pese a que algunas urbanizaciones de la avenida de Niza se anegan cada vez que llueve fuerte. Así lo afirmó ayer el alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, quien dio un «sobresaliente» al funcionamiento del sistema antirriadas tras caer una cantidad de precipitación «absolutamente histórica», al ser las terceras lluvias torrenciales más fuertes desde 1934, sólo por detrás de las que en 1982 aislaron completamente el barrio de San Gabriel y las de 1997. Cayeron 149 litros por metro cuadrado en dos horas.

«Todo euro invertido en estas obras (que ejecutó el gobierno del PP en la Generalitat) estuvo más que bien invertido», dijo el primer edil, quien destacó que el único problema pocas horas después de la tromba era la pérdida de arena y mobiliario de las playas, y la situación de dos urbanizaciones de la avenida de Niza (situadas a la altura de los números 32 y 35), con grandes balsas de agua en jardines y garajes, que cubrían coches, que el propio alcalde visitó. «Son construcciones muy antiguas que están por debajo del nivel del mar. Una de ellas tiene cinco bombas para achicar agua pero al irse la electricidad no funcionaron».

En opinión de Echávarri, lo que ocurre en la playa de San Juan «es un problema de urbanizaciones, no de ciudad». El jefe de Bomberos, Eduardo Aragolaza, confirmó que les era muy complicado achicar agua en estos puntos, porque enseguida vuelve a brotar, «al estar por debajo del nivel freático». A la vez que recordó que son «urbanizaciones privadas», dijo que los vecinos deben considerar realizar alguna inversión para tener un sistema de bombeo específico aislado del alcantarillado de la ciudad.

El Ayuntamiento aún no ha hecho una estimación de daños. Según el alcalde no se ha vivido una situación de catástrofe ni mucho menos», y por ello mismo, no se ha considerado, dijo, si habrá que pedir algún tipo de compensación a otras administraciones. En este sentido, el presidente del Consell, Ximo Puig, llamó a Echávarri para preocuparse por los efectos del temporal y recomendó seguir los consejos del 112.

El edil de Seguridad, Fernando Marcos, dijo que el Ayuntamiento decidió activar el protocolo de actuación municipal frente al riesgo de inundaciones tras numerosas salidas de la Policía Local y los Bomberos por el aluvión de llamadas de ciudadanos. El Ayuntamiento dijo desconocer la emergencia al asegurar que el Consell solo había decretado preemergencia naranja por vientos «pero no hablaba de lluvias». Desde el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat precisaron que el domingo se emitió aviso de riesgo de lluvias nivel amarillo para Alicante, un nivel que, afirman, no supera los umbrales para decretar preemergencia, que elevaron a naranja a las 21.30 del lunes.

Bomberos, Policía Local y Protección Civil atendieron más de 300 emergencias. Los primeros efectuaron 221 intervenciones, entre ellas una veintena de rescates de personas del interior de vehículos sobre todo en la Playa de San Juan, la Albufereta, Santa Faz y Verdegás, e incluso de personas y mascotas de viviendas en las partidas rurales y bajos en la Playa de San Juan.

Las autoridades, que junto al director de Aguas de Alicante, Francisco Bartual, visitaron a primera hora el parque inundable La Marjal, destacaron que esta instalación acumuló 15.000 metros cúbicos de agua, un tercio de su capacidad, impidiendo la inundación total de la Playa de San Juan. El depósito anticontaminación de San Gabriel, que al igual que el parque es una infraestructura antirriadas, recogió 60.000 metros cúbicos, el máximo que puede acumular, impidiendo el aislamiento de 1982, cuando se hicieron rescates con helicóptero.