Alicante vuelve a tener una plaza de la División Azul, la unidad de voluntarios españoles que luchó en el ejército de la Alemania nazi, la misma que el 28 de diciembre había pasado a llamarse plaza de la Igualdad en el marco de la eliminación del callejero franquista aprobada por el tripartito. La rotulación originaria fue repuesta ayer, por mandato judicial, entre gritos contra el PP y Franco, y exclamaciones de «fuera, fuera», «vergüenza», «fascistas» o «esta placa la vamos a quitar». Un acto en el que no faltaron banderas republicanas ni las lágrimas de la edil de Memoria Histórica, María José Espuch, de Compromís, «de frustración», dijo, por tener que reponer «calles fascistas».

Prácticamente al mismo tiempo que se restituía, llegaba a Alcaldía una providencia del juzgado de Lo Contencioso Administrativo 4 de Alicante requiriendo al Ayuntamiento a reponer en el plazo máximo de un mes las placas de rotulación originaria «(...) y ello bajo apercibimiento de que en caso de no verificarlo, se procederá a la imposición de multas coercitivas a los responsables del incumplimiento».

Es la respuesta a las medidas cautelares que el PP presentó el 27 de febrero ante el juzgado, en las que se pedían multas (que tendría que pagar el Ayuntamiento) para el alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, y el edil de Estadística, Daniel Simón, de Guanyar, «por la clara actitud de desobediencia hacia la resolución judicial».

La placa de la División Azul es la primera que se repone después de que el juzgado paralizara, hasta poder manifestarse sobre el fondo del asunto, el proceso aprobado por la Junta de Gobierno, que afectaba a 47 calles y plazas, obligando a revertirlo. La juez emitió un auto en este sentido el 13 de enero al entender que se le había privado de la posibilidad de pronunciarse sobre el recurso presentado por el PP.

El alcalde firmó un decreto este martes para evitar ese apercibimiento, con el apoyo en la decisión de uno de sus socios de gobierno, Compromís, y el desacuerdo de Guanyar, que insiste en que deberían haberse agotado todas las posibilidades legales, recurriendo si hacía falta hasta el Tribunal Supremo. El auto está recurrido en el TSJ.

Tras varios días de tira y afloja en el seno del tripartito, el jueves se diseñó un calendario de reposición de placas en una reunión de la que se ausentó Guanyar y se acordó empezar por la División Azul para propiciar una protesta pública, que se produjo. La elección de esta plaza no fue casual ya que con ella el tripartito quería significar su desacuerdo con una decisión judicial que, según denuncian, les obliga a incumplir la Ley de Memoria Histórica de 2007. Durante la retirada de la placa de Plaza de la Igualdad para reponer la de División Azul se vivieron unos minutos muy tensos de ambiente crispado en los que se dejó notar la presencia de grupos republicanos protestando contra la vuelta de placas fascistas.

El acto se desarrolló con la única presencia de la edil de Memoria Histórica como representante del tripartito, que tuvo que ser consolada por la diputada de su grupo, Compromís, Mireia Mollà. Luego explicaría la causa de sus lágrimas, «la rabia e impotencia» por tener que acatar un mandato judicial «que devuelve a Alicante a tiempos del No Do y el blanco y negro. Hasta Cuéntame nos ha superado. Retrocedemos 40 años». Dijo también sentir «vergüenza» y reclamó «placas demócratas y feministas que defiendan las libertades».

A la vez, culpó al PP de esta situación «deplorable» e ironizó cuando dijo que iban a esperar cinco minutos de cortesía antes de cambiar la placa «por si viene Rajoy», en alusión a la invitación al acto que el alcalde dijo que le iba a cursar. El inicio de la restitución de las placas franquistas provocó un cruce de declaraciones políticas. «Hemos cumplido un auto judicial, esto es un estado de derecho y no hay que darle más vueltas. Creo que antes de que acabe el mandato habrá sentencia de primera instancia», dijo el alcalde, Gabriel Echávarri, quien abundó en que la plaza de la División Azul va contra la Ley de Memoria Histórica, «cuya aplicación ralentizó el PP durante 8 años cuando gobernaba. Se amparan en una cuestión de formas para aplicar el fondo: que les gusta más que se llame de la División Azul».

En un mensaje dirigido a la líder del PP en la Comunidad, Isabel Bonig, afirmó que «éste es un logro. Que venga y honre con su presencia los logros de su portavoz en Alicante. Quedan tres viernes», apuntó en referencia al calendario de reposición de otras placas significativas como Clara Zetkin, Miquel Grau y 27 Constituyentes. Aunque no acudió al acto, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, dijo desde València que «a cualquier demócrata le duele en el corazón que se obligue a colocar una placa en homenaje a una división que apoyó al régimen alemán» de Adolf Hitler. Diversitat también manifestó su indignación.

El portavoz del PP, Luis Barcala, invitó a Oltra a «abandonar su radicalismo trasnochado», e instó al tripartito a pedir perdón a los alicantinos por su «pésima gestión del cambio de calles». Desde Cs, su portavoz, Yaneth Giraldo, defendió la Memoria Histórica «desde el consenso y sin posturas histéricas que no conducen a nada».

El presidente de la asociación de vecinos Sol d´Alacant, Lisardo Gabarre, aprovechó el acto para reclamar públicamente mejoras para el barrio Miguel Hernández (antes José Antonio) por el deterioro que sufre. Precisamente la edil de Memoria Histórica dijo que el barrio no cambia de nombre al no tener placa y no ser una calle, y fue rotunda al afirmar que el tripartito no hará nuevas placas franquistas para sustituir aquellas que se rompieron durante su retirada y que se repondrán las que están bien.