De la lectura de las 108 páginas -con muchos gráficos y tablas- del estudio que Price Waterhouse Coopers (PwC) ha realizado para la Diputación de Alicante sobre la hoja de ruta para crear una Zona Franca y una Zona de Actividades Logísticas en la provincia se pueden extraer dos conclusiones: que en la noche de los Oscar aún pasó poco (la empresa es la misma que propició el error de Warren Beatty y Faye Dunaway), y que vistos los fallos garrafales que contiene el documento de la Diputación, por poco que pague el organismo provincial por este trabajo será demasiado.
El estudio que ayer trató de vestir de gala el presidente de la Diputación, César Sánchez, en el Marq viene a ser un nuevo fiasco sobre las expectativas para que se acometa de una vez por todas una inversión que debería estar dando servicio desde hace décadas al empresariado. Y todo por falta de seriedad, valentía y rigor. Ante el contenido de la propuesta, no acudió el alcalde de Elche, Carlos González, y el de Alicante, Gabriel Echávarri, que sí estuvo presente, se reservó su opinión, lo que no suele ser habitual, para dársela en privado -dijo- al presidente del organismo provincial. Tampoco acudió el presidente del Puerto, ni los consellers de Economía y de Agricultura.
Pese a ser tan evidente la necesaria cooperación de Alicante y Elche para que la Zona Franca salga adelante, así como el apoyo de grandes inversores, el proyecto con el que aseguran que el diputado de Economía, Carlos Castillo, quiere promocionarse para ser candidato del PP a la Alcaldía de Alicante, empieza despreciando sin ambages la que es la zona logística y empresarial por excelencia de la provincia, Elche Parque Empresarial, un lugar que es idóneo para grandes empresas como Tempe (del grupo Inditex de Amancio Ortega), pero no para la Diputación.
Resulta ridículo que la firma a la que César Sánchez ha encargado el estudio se haya atrevido a presentar una propuesta en la que se llega a poner por escrito que el único punto a favor que tiene Elche Parque Empresarial es su cercanía al aeropuerto y que como debilidades tiene la falta de conexión con el tren de mercancías y con el Corredor Mediterráneo, así como falta de espacio. Esta zona empresarial consolidada con potentes firmas y en constante ampliación se llega a poner por detrás, incluso, de un proyecto que solo está en el papel, como es Porta d'Elx. Para la empresa que realiza el informe, es de suponer que siguiendo las directrices de la Diputación, éste es el punto ideal de la provincia, pero se exige el estrambótico e ilógico requisito de que se influya en el Gobierno central para que modifique el trazado del Corredor Mediterráneo y así dar conexión al área que no está ni urbanizada.
Descartado el término municipal de Elche, porque tampoco se ve bien el entorno de IFA, pese a que a lo largo del tiempo lo han planteado gobiernos del Consell tanto del PP como del PSOE, en la propuesta se respira la cínica resignación con la que se mira hacia Alicante, en cuyo término municipal se ve como mejor opción la del Polígono de Las Atalayas, una zona a la que no se le encuentra sorprendentemente debilidad alguna y a la que se llega a adornar con una conexión ferroviaria inexistente en la realidad y la cercanía a no se sabe qué zona logística. Desconocíamos que Las Atalayas estaba conectada al Corredor Mediterráneo, pero el informe no dice en este caso nada al respecto.
Recurrir a tan burdas maniobras sin dar participación real a los ayuntamientos implicados, imponiendo planteamientos absurdos y realizando esperpénticas afirmaciones avaladas por unas siglas de una consultora es una irresponsabilidad que solo conduce al fracaso.
Si la Diputación considera que la Zona Logística ligada al Puerto debe estar en Alicante por razones de capitalidad, para impulsar una ciudad que no levanta cabeza y en la que no se concretan grandes inversiones públicas -como en el resto, por cierto- que lo diga con valentía y lo defienda, que no busque subterfugios de tercera que son un insulto a la inteligencia.
Si los políticos de la provincia quieren equivocarse como ya hicieron con la estación del tren de Alta Velocidad, que no está donde debiera, en el aeropuerto, por las simplezas pueblerinas que provocan que haya ahora dos apeaderos, uno en el centro de Alicante y otro en medio del campo de Elche, que lo digan y asuman la responsabilidad que pasará factura en el futuro.
Si prefieren que los empresarios de la provincia sigan utilizando, pese a los mayores costes que les representa, la Zona Franca del Puerto de Valencia en vez de una en el Puerto de Alicante, que lo digan y no se presenten ante ellos con un quiero pero no puedo.
Son tantas las oportunidades perdidas en esta provincia por inutilidad y por intereses partidistas de escaso recorrido que sinceramente creo que no se debe pasar una más. Francamente, no nos podemos permitir el lujo de un error histórico por cortas miras de quienes parece que trabajan en contra de la economía provincial.
