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El enfado del alcalde por el protocolo de un acto el sábado se cobra dos víctimas

La decisión de Echávarri ha provocado un importante malestar en el funcionariado del Ayuntamiento alicantino

El enfado del alcalde por el protocolo de un acto el sábado se cobra dos víctimas

El malestar que el primer edil de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, y en general el área de Alcaldía, tienen desde hace tiempo con el departamento de Protocolo que dirige Rafael Gregori, cargo de confianza del propio alcalde, por lo que consideran una deficiente organización de los actos protocolarios, se cobró ayer sus dos primeras víctimas. Se trata de dos funcionarias del área. En cambio, Gregori, a quien Echávarri colocó en su puesto, mantiene sus funciones.

Las dos trabajadoras adscritas al área de Protocolo recibieron en torno a las 14 horas la comunicación de su traslado a otro departamento después de que en un acto del Colegio de Gestores Administrativos de Alicante, celebrado el sábado en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), Echávarri se sintiera ninguneado tanto en la ubicación donde se le sentó como en el turno de palabra. Fue el vicepresidente de la Diputación, Carlos Castillo, quien realizó la intervención de apertura, mientras que el recientemente nombrado subdelegado del Gobierno, José Miguel Saval, cerró el acto. Ambos pertenecen al Partido Popular.

Este episodio fue la gota que colmó el vaso de la paciencia con el área de Protocolo tras las tiranteces que se vivieron durante la última visita institucional del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, al Ayuntamiento, que se aprovechó para presentar la idea de Echávarri de retirar el tráfico de la Explanada haciendo un túnel por el Puerto. En esa ocasión, no se había previsto la colocación de un atril para los discursos en el Salón Azul. Hubo que esperar a que se instalara a última hora, deprisa y corriendo.

La decisión de Echávarri ha provocado un importante malestar en el funcionariado del Ayuntamiento alicantino, que considera que se actúa contra las trabajadoras y en cambio, no contra el cargo de confianza, que es el responsable del área de Protocolo. Además, fuentes municipales aseguran que las dos funcionarias «víctimas» del enfado del alcalde nada tuvieron que ver con la organización del acto en el MARQ.

Según las fuentes consultadas, ellas no intervinieron en el protocolo del evento del Colegio de Gestores Administrativos ni estuvieron presentes durante su desarrollo en el recinto museístico. Echávarri comunicó a las funcionarias su traslado a última hora de la mañana del domingo. Las fuentes consultadas desconocen cuándo se hará efectiva y a qué departamento serán enviadas.

El responsable de Protocolo, Rafael Gregori, consultado por este diario, no quiso hablar sobre el asunto. Afirmó reiteradamente que no iba a comentar nada al respecto. «Nunca he hablado ni hablaré. No es mi estilo», afirmó. Desde Alcaldía se limitaron a decir que se trata de cuestiones internas de funcionamiento del Ayuntamiento que afectan al funcionariado y que nunca comentan los movimientos de personal.

Gregori, cuestionado por la oposición y los socios de gobierno

El jefe de Protocolo, al que Echávarri colocó en su puesto, se mantiene de momento en el mismo, aunque está siendo muy cuestionado por la oposición, por Compromís y Guanyar, socios de gobierno del PSOE, e incluso por miembros del grupo socialista. Gregori realizó las mismas funciones de jefe de Protocolo para los exalcaldes del PP Luis Díaz Alperi y Sonia Castedo, quien finalmente le destituyó. Hace unos meses protagonizó un rifirrafe con su exjefa, que le acusó de hacerle una «peineta» cuando se vieron por la calle. La exalcaldesa iba en coche y Gregori estaba en la puerta del Ayuntamiento.

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