Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La realidad social de la Zona Norte impone el plurilingüismo más básico

Los docentes admiten su preparación para mayores niveles de lengua pero quieren ajustarse a una mayoría de alumnado inmigrante y sin recursos

Alumnos en el aula de uno de los colegios públicos de la Zona Norte. pilar cortés

Frente a los colegios de la Playa de San Juan, cuyos claustros optan en su gran mayoría por elegir para el curso que viene los niveles más avanzados del nuevo decreto de plurilingüismo del conseller Marzà, en el otro extremo de la ciudad, los centros escolares de la Zona Norte coinciden en decantarse por los niveles más bajos de este decreto de las lenguas en la enseñanza, obligados por la realidad social y económica de los alumnos que escolarizan.

Los seis niveles de plurilingüismo que establece el nuevo decreto obligan a incrementar las horas de valenciano si se quiere dar más inglés y, de la misma forma, a menos valenciano, menos inglés. En la Zona Norte los directores advierten que no tienen elección.

«Esto es otro mundo, como si se tratara de dos ciudades diferentes», reflexionan en el colegio Lucentum. «Hemos escogido el B2 para quedarnos como estamos, porque en las casas de un número elevado de nuestros alumnos hablan árabe y no queremos cerrar puertas, pero tampoco abrirlas demasiado», señalan.

Condenados

En otro de los colegios del distrito subrayan que en la Zona Norte «no se utiliza el valenciano», y que tampoco en los hogares las familias respaldan su implantación. El contexto no ha cambiado en años, añaden desde el Gloria Fuertes. «En las casas la lengua vehicular no es el valenciano, aunque nos gustaría implementarlo». En Nuestra Señora de la Paz y Santísima Faz tampoco van a moverse del Básico 2. «Ya nos gustaría poder optar al Avanzado 2, por dar más inglés», reconocen.

Más complicado dicen tenerlo en el colegio Virgen del Remedio. Pese a que el profesorado coincide en que «lo más realista» es escoger el nivel más básico del decreto, el B1, ya que tan solo imparte en valenciano la propia asignatura de la lengua cooficial, el programa informático diseñado por la Conselleria de Educación para que cada centro introduzca el nivel de lenguas a impartir desde el curso próximo en Infantil «nos sitúa en el B2».

Desde la dirección del centro se han puesto en contacto con los asesores de Educación para tratar de ajustar el citado nivel. El colegio imparte valenciano en una asignatura a partir de tercero de Primaria, y directamente el programa informático de Educación generaliza el nivel. «Eso no obedece a nuestra realidad. Debería ajustarse por el tipo de alumnado que tenemos», inmigrantes y de etnia gitana, según explican.

El claustro va a reunirse de nuevo a consecuencia de estas dudas. «El decreto establece que nunca podrá escogerse un nivel menor al que marque en la actualidad, pero las horas de lingüística no se cubren en la práctica con valenciano por el nivel que tienen nuestros alumnos, que incluso van mal en castellano», abundan.

Evaluación

En las reuniones previas mantenidas con los directores de centro, los responsables de la conselleria sugieren «valentía» a la hora de escoger el nivel de lenguas, «pero nosotros preferimos ser realistas y no engañar para evaluar lo que no se puede hacer en el aula», lamentan en un CAES de Actuación Educativa Singular, por la desfavorecida situación de las familias tanto social como económica.

De igual forma, en el Isla de Tabarca reconocen que para su alumnado, inmigrantes y de etnia gitana casi al 100%, «necesitamos un B2, pero el programa nos ha situado en el Intermedio 1», como al Monte Benacantil, que parte de la doble línea en valenciano y castellano junto al Emilio Varela. Este último es el único del distrito que opta al Avanzado1, con más ingles también. «Para los niños de Infantil la adaptación de valenciano es mínima, y en la transición a Primaria daremos las Matemáticas en castellano para una mejor comprensión», destacan.

Compartir el artículo

stats