La comisión específica del pleno para la negociación de la implantación de Ikea en Alicante, que ayer se reunió tras siete meses de silencio, sirvió para bien poco. Tal solo, según la oposición, para escenificar la falta de gestiones del tripartito para facilitar la llegada de la tienda a la ciudad tras más de año y medio al frente del Ayuntamiento. Ésa es la conclusión a la que llegaron ayer, por separado, PP y Ciudadanos, que criticaron la inacción del tripartito para que Ikea se implante en Alicante.

De hecho, el propio portavoz del tripartito, Natxo Bellido, reconoció al término de la reunión que, desde el equipo de gobierno, se limitaron a «trasladar la información» de la que disponen «que desgraciadamente no es mucha». Por su parte, el portavoz municipal del PP, Luis Barcala, censuró la falta de novedades en la posible implantación de Ikea en Alicante. «Hemos llegado esperando a que el tripartito nos explicara qué gestiones han realizado para facilitar la llegada de una inversión de cientos de millones y miles de empleos; es decir, qué están haciendo para facilitar la implantación de Ikea en Alicante. ¿Y qué nos hemos encontrado? Nada, no se ha hecho nada ni ha habido gestiones ni, por lo tanto, resultados», señaló Barcala. Mientras, por su parte, la portavoz de Ciudadanos, Yaneth Giraldo, admitió que salió del encuentro con las mismas dudas que tenía al inicio de la comisión. «Hemos ido con voluntad política porque es un tema esencial para la ciudad de Alicante. Y hemos salido igual que hemos entrado, con todas las dudas por resolver», subrayó Giraldo.

Sólo el vicealcalde y concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, puso algún elemento nuevo sobre una mesa en torno a la que se sentaron los líderes de los cinco grupos con representación municipal. El líder de Guanyar se ofreció a reunirse con la multinacional sueca para «aclarar la voluntad de la Concejalía de Urbanismo» y, sobre todo, evitar «malentendidos» con la empresa. El último conato de reunión con Ikea fue en septiembre de 2015, apenas tres meses después de que el tripartito llegara al Ayuntamiento, cuando los representantes de la multinacional salieron a la carrera al ver entrar en la sala de la reunión a los reporteros gráficos de los medios.

Pavón, por otro lado, insistió de nuevo en que está abierto a estudiar la implantación de Ikea en la zona de Rabasa en «el marco de un programa recalificatorio de suelo», que debería respetar las Lagunas y «un cinturón verde» junto a la A-70. Y es que el vicealcalde de Alicante señaló ayer que los terrenos de Rabasa por lo que Ikea siempre ha mostrado su predisposición para establecerse en la ciudad tienen «vocación terciaria», por que «podría encajar ahí siempre y cuando no vaya aparejada a un macrocentro comercial». Pavón recalcó que la llegada de Ikea tendría que ser en un proceso «transparente, sostenible y con el mayor consenso posible», que no esté al margen de la revisión del PGOU en la que trabajan desde hace meses en Urbanismo.

Por su parte, el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, optó por guardar silencio de puertas afuera, asegurando que «una de las reglas de juego de la comisión fue no hablar de lo que ocurría dentro para que se pudiese trabajar con confianza». A preguntas de este diario, Echávarri se limitó a decir que, a ver si la «próxima noticia» sobre la empresa sueca, es que «Ikea viene» a Alicante. Dentro de la comisión, en cambio, el alcalde estuvo algo más activo: no desveló ninguna novedad respecto a la posible implantación de Ikea, pero sí censuró la actitud del popular Barcala por «interrogar» a Bellido con preguntas sobre las gestiones del tripartito para que Ikea se implante en la ciudad.