Las ahora buenas intenciones del Ministerio de Fomento para que Alicante quede definitivamente enganchada al Corredor Mediterráneo no incluyen, sin embargo, una de las grandes asignaturas pendientes en materia ferroviaria desde que llegara el AVE a Alicante hace ya tres años: la articulación de una red de cercanías entre Alicante y Villena, algo que afecta a medio millón de potenciales usuarios que viven y trabajan en las comarcas de l`Alacantí, Medio y Alto Vinalopó. En los «road shows» organizados por los empresarios apenas se habla de esta carencia y mucho menos la tiene contemplada el Ministerio de Fomento, el mismo que este año subraya que invertirá 495 millones de euros en las redes de cercanías ferroviarias en España.

No sólo eso, sino que tampoco está prevista, salvo sorpresa en los próximos presupuestos generales del Estado, partida alguna ni para las cercanías con Murcia -el AVE llegará a la capital pimentonera a través de Elche- ni para la necesaria y urgente conexión ferroviaria del aeropuerto de Alicante-Elche, el aeródromo que el próximo mayo cumplirá 50 años y sigue en la senda de crecimiento. Ayer, Aena informó que en enero pasaron por el aeropuerto casi 700.000 pasajeros, un 15,5% más que en el mismo mes de 2016.

La falta de trenes de cercanías entre Alicante y Villena, pese a que la infraestructura existe al circular el AVE por una plataforma reservada especial, provoca la desconexión de miles de pasajeros que sólo pueden viajar a Alicante o Valencia en los pocos trenes regionales que para en Elda y Villena. Mientras, el Ministerio de Fomento mantiene operativa una línea de cercanías Alicante-San Vicente, que apenas tiene movimiento de pasajeros al solaparse con la Línea 2 del tranvía. Las estaciones del Medio Vinalopó ven pasar trenes que no se detienen.